HORIZONTE Y CREPÚSCULO

Agosto 2009

(Garciaz, Cáceres)

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Contemplo cada tarde la caída del sol como si fuera un apocalipsis purificante.
Entonces, en los ojos, el atardecer se engrandece y acoge en sus fuegos a las almas sensibles, como si fuera la hoguera de una humanidad pestilente.
Siempre lo consigue: me fascina y me aterra, como la vida, como la muerte.

(Kitos, 13 de octubre, 2009)
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Y ahora unas palabras más, esta vez de uno de mis maestros. Buen provecho.

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"Hay tanta niebla en el corazón del hombre que los rayos de cualquier sol ya no se van una vez que entran".

"¿Qué amaneceres despertarán a mi razón, ebria de lo irreparable?"

"El espíritu florece sobre las ruinas de la vida".
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E. M. Cioran.
(Aforismos extraídos del libro Ocaso del pensamiento. 1940)
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Cioran no se consideraba un filósofo, ni siquiera escritor. Al menos esto es lo que piensa él de sí mismo, desafiando a cualquiera que opine lo contrario. Esta afirmación puede darnos una idea aproximada de lo que nos encontramos cuando leemos una obra de este pensador rumano: contradicción. Una contradicción que se fundamenta en un pesimismo muy complejo que le hace odiar y amar cosas al mismo tiempo. Pero esto no debe llevarnos a pensar que estamos ante los escritos de un loco que desvaría, sino más bien de un genio que nunca pretendió dar respuestas a nada, sino precisamente hacer cuestiones de todo. Para él lo importante no está en dar soluciones (nadie puede darlas realmente) sino en hacer que sus dudas sean interrogantes para nosotros también.
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Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Emil_Michel_Cioran
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