Friday 22 May 2015

EL HUNDIMIENTO (o de cómo elogiar supuestos fracasos)



 2012

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Mis piedras levitan sobre el océano del tiempo, y aunque os parezca mentira soy yo quien las mantiene suspendidas en lo etéreo. Claro que, el precio que me supone semejante desafío es mi propio hundimiento. Las cosas, las personas, las razones, los despropósitos y los imperios caen por su propio peso.

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Desentierro pedruscos de los hondos valles, hago rodar importantes peñascos ladera abajo y ladera arriba, cual obstinado Sísifo, y hago emerger de ríos y mares masas inquietantes de materia pétrea. Soy el malabarista del caos que pone en circulación pequeños magnetismos, un superhéroe de la Marbel o un hechizado muñeco de Disney. Soy la máscara que te pones para ser quien eres.

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Los riesgos de echar la imaginación a volar son múltiples y nada inofensivos. Quien pone toda la carne en el asador en dichos vuelos se la juega de verdad. Según la altura alcanzada la caída puede ser más o menos catastrófica.

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 Atravesar el fuego y salir indemne es sólo una ilusión. Atravesar el fuego y arder. Convertirse en cenizas es sólo otra gran ilusión.

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 Yo perdí hace tiempo toda razón y esperanza y aquí me hayáis, viejos amigos, en los prematuros estadios de una desolación prometedora. Batallo cada día por mantener con dignidad el pellejo y la rabia, por no hundirme más ni rendirme de nuevo.

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 Quien parte cada día al espacio ignoto es también un burgués, pues aún duerme a cubierto. Me miro al espejo. Busco una estación espacial de tres estrellas, con cama y media pensión, a ser posible. Soy un astronauta de la vieja aristocracia de barrio, un jinete galáctico de poca monta en una gasolinera desierta. La tierra hoy no hay quien la pise.

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Intuyo que ya tengo asiento reservado a bordo del siguiente remolino: Madrid-Texas.

Tuesday 19 May 2015

TRAGEDIA POSTCLÁSICA (la tierra arrasada)

2011

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Quema la tinta de la memoria, porque ya no es tinta ni memoria acaso. El viento propaga el polen de abril como neuronas en racimos incandescentes, mientras la tierra se desplaza y se desploma en Katmandú. Tintas musculares cruzan fantasmales la acrópolis del Himalaya. Parecen que  arrasan todo a su paso, como un ciclón nuclear, que nos pela los huesos y pulveriza los dientes. Ya lo vió Kurosawa en sus Sueños, aunque en realidad no se puede saber ni afirmar. La realidad siempre es una sospecha. Y pasar a ver lo contrario y pensar que las tintas - que ya no son tintas- están fecundando el aire, como el aliento de un dios terrible que se estrella en tus párpados y te hace ver lo que contiene su mirada: otra ceguera.



ALGO NUEVO (xilografías de hoy con motivos de siempre/3)

    FICHA TÉCNICA Título: Memorial /Residencias Exilio Técnica: Xilografía Tamaño matriz: 16 x 21,5 cm. Tamaño papel /tipo : 22 x 31,5 cm. /...