2013
******
La sombra de Stevenson por los Mares del Sur es la nave que surca el cielo de la Polinesia. Una nube que penetra en nuestro sueño mientras Borges husmea en la biblioteca de Alejandría. Somos el pasajero de un carruaje veloz que atraviesa Europa entera, cuyas riendas están en manos de Maupassant, mientras Carver le ofrece un pitillo a Wilde en el patio de una cárcel.
Este olor previo a la lluvia es un bálsamo bendito, una frescura mentolada que disuelve las negras entrañas del invierno para devolverme una brizna de esperanza y elocuencia. Este aroma kundalínico despeja mi mente y la impulsa en un espiral hacia el cielo. Nada hoy me es ajeno, lo cual es igual a decir que todo hoy me será propicio para seguir improvisando sobre la marcha. Y eso sólo quiero pensar.
Que todos ustedes sean indulgentes conmigo; sepan que el amor es el hacedor de semejante desvarajuste neuronal. Que la alegría os acompañe y que nunca olvidéis que los maestros del cuento están siempre cerca de vosotros.
No comments:
Post a Comment