Tuesday, 28 February 2017

UN PASEO HASTA EL PARO (del presente remoto)



Atravieso las afueras de mi ciudad como un lobo amaestrado, camino a las oficinas del INEM. El paseo me ofrece la posibilidad de atravesar un terreno maravilloso, un resto de mi mundo lobuno. Por allí huelo los rastros de otros lobos y después de fichar espero frente a las madrigueras de liebres, roedores y alimañas.

 La gente está ávida de andar por la tierra y trazan cuando pueden todos los atajos posibles. Sin querer la gente dibuja signos primigenios al caminar y marcan el paisaje con su fugaz gesto. La huella de ese transitar es la línea recta que a veces se adapta a la orografía, como si fuera "A line made by walking" de Richard Long. 

Leganés no es New Yersey ni Passaic, ni yo soy Robert Smithson, pero siento que muestras miradas se cruzan en estos caminos, que el eco de su obra resuena entre las naves del poligono adyacente, y que su pensamiento se vierte aquí en este instante, tan de repente y remotamente:

"Quizá me hubiera deslizado hacia una etapa más profunda de futuridad ¿Había dejado atrás el futuro real para avanzar hacia un futuro falso? Sí, lo había hecho. En ese momento de mi odisea suburbana la realidad estaba detrás de mí." 

PARTIR DE CERO (breve tratado de la nada)





Ficha Técnica 
Medidas: 29'5 x 42 cm.
Papel: Hahnemühle 300 gr.
Técnica: Huecograbado sobre plancha de fotopolímero.
Título: Cero (perteneciente a La huella del fuego)
Año: 2017
Autor: Carlos Medel Redondo
Precio Estimado: 150 €




*


"La nada que somos es el todo que buscamos." 

Hugo Mújica



I.

El cero es el  óvalo que  actúa de puerta invisible y de altar vacío, el hueco oscuro que se transmuta en luminosa cueva, el templo de los números redondos.

El cero es el coso donde envisten todos los fantasma.

El cero es el anfiteatro esponjoso donde luchan las fieras de la pereza. 

El cero emite aliento de fuego, y deja en el aire un tufo de humo candente. El cero es la bocanada de un dios marchito, el ojo en blanco de un filósofo tuerto.

El cero es un volcán de espuma abrasadora, un mar circular de oleaje elíptico.

El cero es puro abrazo de algodón, precipicio del vacío, trampolín de lo desnudo. 

El cero es un roscón de reyes sin fruta confitada.

El cero es casi como el hierro, pero más duro y repentino. El cero no entiende de números, es más de letras y de otoños fríos.

El cero es eso, esto y aquello que te queda cuando terminas de leer.


II.

Teoría del cero a la izquierda partido por dos.

Por uno.
Quiero partir de cero, ahora que acaba el ciclo de aprendizaje en la escuela de arte, borrar todo lo grabado, negar de todo lo aprendido. Partir de ser un cero a la izquierda, que empieza a sumar ceros y a cotizar en la seguridad social.


Por dos.
Quiero partir de eso que cuento, salir al encuentro de mi nacimiento, salir del huevo, salir del cero. Quiero romper esa cáscara de acero y salir al mercado laboral envuelto de normalidad.

Quiero romper la máscara de piedra que hice a mi medida.
Quiero romper la inercia maldita del cero, de ese cerco yermo que patrullo a diario.
Quiero romper el corazón coraza que tanto calla, dotarle de voz y de lengua, para que pueda articular la madeja del amor, hilar como el que habla, tejer los episodios de esta odisea cotidiana.

III.

El cero es mucho más que el nueve y cuenta más que el resto de los números juntos.
 El cero es el vientre numérico y la santidad de las cifras.

IV.

Partir de cero es llevar la mitad del camino, iniciar la cuenta atrás de todo lo que queda.

V.

Partir el cero es destripar la película del futuro. 


VI.

El cero es el ensayo final de las cenizas felices.




FURGÓN DEL FUEGO EXTINTO

    *   cadáver carcasa esqueleto cuerpo calcinado en óxido enmohecido tejido de la ceniza abrigo del fuego consumido.   *   yelmo casaca ...