I
1.
Más allá de lo perfecto no hay nada, ya lo sabemos. Por eso nos quedamos en intuiciones de lo perfecto, en acercamientos a lo perfecto. Hay quien se conforma con eso, bien por imposibilidad, bien por pereza o aburrimiento. Lo perfecto no es un destino, es el camino plagado de guijarros.
2.
Camina, sin miedo a caerte, camina, no mires atrás ni demasiado al frente. Camina, sin miedo a perderte. Camina y salta muros, vallas, paredes, y corre y grita y vuelve a gritar después de correr y caerte; porque estás a punto de desvanecerte.
3.
La perfección es una trampa que el tiempo ha tramado con Dios para que el hombre deje de ser un salvaje, o un ser perdido. Solo tener una idea de la perfección es ya salvadora. Porque la perfección no es un estado, si no un punto cardinal. Las regiones de la perfección suelen ser aburridas, páramos paradisíacos, complejos hoteleros de cinco estrellas hastiados de lujo, ebrios de falsa complacencia. O eso creíamos. He aquí otra creencia en ruinas.
4.
Más allá de lo perfecto, del Mare Nostrum y de la Estrella del Norte no había nada, se creía. Más allá de Dios no hay nada, se creía. Pero está la sombra de Dios con figura humana, como una broma casual, cargada de rebosante de ironía, plena de sentido, como una carcajada final que eleva a lo absurdo
5.
Más allá de lo perfecto hay una escombrera yerma donde lo imperfecto reina con orgullo. Es el orgullo de la ignorancia que se cree omnisciente y todopoderosa, como una nueva esfera pulida en el caos y liberada ya del yugo de la perfección. Salvo que se pueden distinguir diferentes naturalezas dentro de la escombrera, así como hay diferentes tipos de flora y diferentes clases de error.
II
6.
Intratable en el diálogo, la idea de la imperfección permanente domina la conciencia de hoy. Lo hago todo bien, -dentro de mi órbita diaria, con la pulcra manía de las costumbres-, y sin embargo pienso que caí en un error precedente que cambió el curso de mi devenir.
7.
Decidí darme por completo, entregarme al arte, en una lucha sin tregua, inútil y sin mayor esperanza que seguir entregándome al arte por pura bondad. ¿Es acaso una clase de exhibicionismo del espíritu? No sé de dónde saqué el aliento para seguir, no sé de dónde sacaba tanto pundonor y tanta desvergüenza, no sé cómo pude renovar las fuerzas para seguir, no sé de dónde procedía esa misteriosa energía. Quizás del desaliento. Quizás de una idea capaz de impulsar mi voluntad a los confines de lo representable guiada por un ciego en medio de un laberinto.
Pero hasta un pájaro sabe que su cantar valdrá para algo. Lo que no sabe es por qué canta. ¿Es acaso un dictado de la sangre? He aquí un límite del conocimiento en el que me detengo sobre una piedra y me siento a esperar el canto de un pájaro. Bien puede contener una respuesta momentáneamente válida para calmar la insensata sed de seguir por seguir, como una mota en medio de una espiral turbotemporal. Bien puede ser al despertar y recordar entre sueños un vulgar comentario que me contradice y avergüenza.
8.
Doy gracias por pensar en aquello que hay más allá de lo perfecto, en primer lugar porque ha movido, removido y renovado mis neuronas. Doy gracias por pensar en aquello que hay más allá de los dictados de la sangre, porque por unas horas he podido abstraerme y andar por las ramas de lo etéreo como un orangután. Doy gracias por pensar, más allá de lo perfecto desde el más acá de la ignorancia. Doy gracias por pensar porque he podido escapar a la tiranía de la carne y alejarme ... exhalar en mil suspiros sus irremediables anhelos de un modo resuelto, sin la carcoma del dolor.
9.
Así que hoy estoy de celebración. He podido sumergirme en los dominios del espíritu y me he dejado llevar por las corrientes del alma. He podido conectar con otras esferas y atisbar la silueta informe de un astro que hace florecer todo a nuestro alrededor. He podido subir a una cumbre nevada sin arrugarme ante el fragor de los abismos. He podido dibujar los fríos y los fuegos del infierno y acariciar los misterios eleusinos y los velos del romanticismo, para poco después borrarlos con un solo soplido.
10.
Otras ideas me asaltan a cuchillo. ¿No era todo una treta de la ignorancia para consumir el tiempo? ¿O tal vez el resto de los quehaceres carecían para mí de la menor importancia, o directamente que no soportaba malgastar mi vida en mundanas ocupaciones? ¿O responde todo a la necesidad de establecer una relación de amor eterna donde cobijarme y poder crecer hasta el infinito con "algo o alguien"?
No voy a estropearlo, porque hoy estoy de celebración y canto sereno desde esta rama entonando himnos órficos en medio de este bosque por donde ya nadie pasea.