El borrado como herramienta: De la destrucción de la imagen a su construcción poética.
1.
En el contexto actual, la imagen fotográfica está tremendamente expuesta a su transformación gracias a la proliferación de los editores de imágenes con los que cuentan la mayoría de los aparatos móviles, al sinfín de apps y a la explosión imperativa de la IA. El aparato móvil, el celular, se ha convertido en un ente omnisciente que tanto nos da como nos quita. Entre sus virtudes maquiavélicas, el móvil ha puesto a nuestra disposición una serie de herramientas y apps de fácil manejo con las que “juguetear” e idear nuevas -y aburridas en su mayor parte- imágenes.
Ya nos advirtió J.G. Ballard: "Los asistentes electrónicos, especialmente las computadoras domésticas, contribuirán a la migración interior, a la evasión de la realidad. La realidad ya no será lo que hay ahí fuera, sino lo que hay dentro de tu cabeza. Será comercial y desagradable al mismo tiempo."
Y heme aquí, insertado, con mi celular obsoleto siempre a mi alcance, en ese amplio y deprimente espectro social. Heme aquí enredando con mis capturas. Soy yo el capturado, y asumo el juego inocentemente. Sin pretensión alguna construyo mi propio caos y lo reflejo.
Mi vida es precisamente aquello que no fotografío. Aún así, aspiro a dar caza a la belleza en sus infinitas formas, texturas y colores, extrayendo pensamientos, anecdotarios y documentaciones caprichosas. Digo que en medio de ese maremágnum y tras años y decenas de miles de disparos y ninguna formación al respecto, he dado al fin con una herramienta que me abre un nuevo horizonte.
2.
El borrado digital es una herramienta que descubrí dentro del editor de imágenes de mi móvil, no hará una semana. Mi intención era reproducir una especie de velo blanco que hallé en una fotografía dentro de mi archivo y que me cautivó de inmediato. Aquel velo blanco con transparencias me pareció un misterioso hallazgo y pensé en la posibilidad de introducirlo en otras imágenes.
Mis conocimientos sobre óptica y fotografía son del todo limitados, y con ésta conciencia renuncié a buscar una explicación física fenómeno del velo blanco para centrarme en intentar reproducirlo. Creía haber dado con una huella sobrenatural, fantasmal, con un elemento que anuncia el fenómeno de la desaparición y que enlaza con temáticas variopintas que van desde la desintegración de la materia a la pérdida de la memoria, de la deformación y manipulación de la historia a la crisis de la identidad.
Aquel efecto óptico que mi cámara capturó casualmente hace ahora más de dos años, supone el inicio de una reflexión extensa y un conjunto de prácticas por tiempo ilimitado.
3.
¿Qué ocurrió aquella tarde en medio de los jardines del parque de El Retiro?
Aún desconozco su causa, a qué responde, qué misterio esconde, y como decía estoicamente, poco puedo hacer ya, y ya me da igual. Es así, en crudo y en directo. Quiero pensar que es una nube que adopta comportamientos poco comunes entre las nubes, como es la de habitar en los niveles inferiores de la corteza terrestre. Es esa bruma que me permite deambular entre la gente, anidar en los árboles o besar los cristales. Así mi intención es extender velos, brumas y nubes por mis fotografías, quiero recoger el transito de los fantasmas, quiero borrar información, quiero aligerar las imágenes y que su extraña energía quede flotando en el espacio. Quiero incorporar la nada, preexistente e invisible, en algo visible.
4.
El velo blanco, con su mancha inmaculada, es el estandarte discreto de la nada. De ese algo que es liviano en grado sumo e inocente, se desprende una amenaza que invierte la inocencia en perversidad. ¿Será el velo blanco un precedente del vacío y el vacío un modo de destrucción? ¿Está en expansión o en retroceso? ¿Hay intencionalidad en el velo blanco? ¿Es el reflejo de un fenómeno atmosférico o simplemente un accidente de la imagen?
5.
Encontré la herramienta “borrador” y empecé a trastear. Mi sorpresa fue que al aplicarlo la imagen no quedaba aclarada como esperaba, no salía el blanco del fondo, como cuando borras el grafito sobre un folio. Cuando empecé a emplear el borrador obtuve deformaciones pixeladas y espesas nebulosas. Otra sorpresa.
Esa sorpresa me hizo feliz, y me reí durante un rato de mi torpeza digital. Y doy gracias a ella, aunque aprender conceptos básicos de fotografía no me vendría nada mal. Mientras, voy aprendiendo sobre la marcha.
6.
Buscaba una suave transparencia, más sutil, y me encontré con otro resultado. No descarto las bondades del azar, que gracias a ellas continúo con mi tarea, pero me gustaría sugerir que se reinvente la herramienta de borrado, o se haga una extensión de ella, -que a buen seguro ya está inventada. El símbolo, el icono, sería un fantasma.
7.
En otro orden de cosas y otras coincidencias del día a día y en relación con la óptica, mencionaré mi reciente graduación visual para hacerme con las gafas progresivas. Me ha bajado la miopía y aumentado el astigmatismo. Y no olvidemos la operación de cataratas a la que fue sometido mi señor padre hace hoy 17 días. Las cataratas son "un velo blanco" que se interpone entre el párpado y el globo ocular.
No comments:
Post a Comment