by Sheila Reyes Arroyo Abril 2013
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Por fin, por fin. Por fin tengo una PEM submarina. La isla de El Hierro ha sido el lugar elegido por la amiga Sheila, y gracias a ella podemos hoy disfrutar de lo lindo: de la piedra que es alzada del fondo, del paisaje marino que se eleva como el monte del Olimpo, del mar que rompe en las rocas desde el fondo visto. La mano de Sheila nos acerca al corazón de la generosidad; qué belleza se extiende en tu mano abierta, qué regalo nos entregas. Pasional y dulce, coral o piedra de volcán.
Veo aquí un paralelismo hermoso, tanto que me hace enmudecer. Contemplo por un lado, la mano de Sheila y la espuma de mar -también como palma abierta-, por otro lado, entre medias de las dos expansivas blancuras, lo rocoso y colorido en la medida de cada palma.
Esta fotografía ocupará un lugar destacado en la exposición que en un futuro haré sobre las PEM que he ido recogiendo con los años, y en las que dependo casi enteramente de vuestra percepción artística, amig@s. Piedra, mano y paisaje, ya sabéis.
Esta fotografía ocupará un lugar destacado en la exposición que en un futuro haré sobre las PEM que he ido recogiendo con los años, y en las que dependo casi enteramente de vuestra percepción artística, amig@s. Piedra, mano y paisaje, ya sabéis.
Cabe decir que Sheila adora bucear y que con este gesto cumple con la ofrenda al mundo que ama. Y cómo no amarlo, si bajo el espejo de las aguas existe tanta belleza como en tierra firme. Si no más, a buen seguro.
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