Nuevamente os muestro de cómo quise salvar con hilos y técnicas aditivas una malograda estampa de fotograbado. Sucede que a la hora de empezar a investigar con planchas de fotopolímero son tantas las variables y los elementos que intervienen en el proceso que los errores son más numerosos que los aciertos. De tal modo que hay que convivir con los errores y sacarles el lado bueno, esto es, darles nuevo curso con otras técnicas.
En este caso, a parte de los cosidos, la estampa sirve para ensayar técnicas aditivas como el carborundum y el collagraph. Se trata de una variable del grabado en relieve que nos permite llevar a cabo texturas y gofrados con buenos resultados, o al menos interesantes. Aquí he elegido un base líquida como aglutinante del carburo de silicio en polvo, y otra pastosa, compuesta de adhesivos.
He querido rellenar los huecos de la letra O (que también podría ser un cero) con materia orgánica, con materia oscura, que el vacío no sea vacío, que sea losa o pozo lo que reposa en el suelo; que sea altar, puerta o monolito (1) lo que se alza en vertical. La obra puede ser una reminiscencia de Adam, del artista británico Anish Kapoor y de otras semejantes que tiene y que consisten básicamente en lo mismo: un rectángulo monocromático. Así Adán, por mediación de los hilos se conecta a Eva, el réctangulo inferior, para formar un nuevo génesis sin bíblias de por medio.
Me interesa la obra de Kapoor por su experiencia visual, por esa inmersión en un vacío a través de esas puertas que se insertan, en mi caso, en medio de la naturaleza. Kapoor ha descrito su interés por las cavidades y los vacíos en términos de una "incertidumbre sensual", accediendo a una serie inestimable de fuerzas externas e internas, físicas e insconscientes. (2)
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1. Referencia al monolito de Arthur C. Clarke
2. fuente: www.tate.org