El molino Romero
La arqueología íntima desarrolla la memoria mediante desenterramientos localizados en diversas áreas del recuerdo. Hoy le toca -qué novedad- a un enclave cercano al pueblo de Garciaz, Cáceres.
El canto
Entre las técnicas de extracción del material memorístico destaca el canto, pues considero que el cantar contiene un poder insólito: abre los corazones, conecta con el alma, aligera y libera posibles e indecibles tensiones, pule la razón, ensalza y entona el sentimiento, nos brinda confianza, encandila nuestra atención. El canto es terapéutico antes de que existiera esa palabra. El canto nace con el aprendizaje del habla. Antes, incluso, de todo. La misma creación del universo contenía una melodía y un ruido de fondo que servía de coro a su propio eco.
Por ello, cuando hablamos de universo y de canto, la forma poética es la forma del lenguaje más propicia para acercarse a tales términos. Todo lo poético contiene música y sugiere canto. Se acopla y adecua a los ritmos y a las rimas, a los tiempos y a las pausas, a la voz y al silencio.
Así pues, la música y el canto son, además de impulsos, herramientas que motivan la exploración, excavación, y prospección del terruño que nos compone y somos, dándole una entonación algo festiva y jovial que proyecta para la vida espacios íntimos que descubrimos o desvelamos. Inmediatamente, como por arte de magia, pasa el recuerdo a formar parte del presente, o lo que es lo mismo, se produce una conexión temporal entre dos puntos distantes del ser.
El canto rellena el hueco del vacío existencial y reconoce su importancia en el acto de segregar la voz, de dar una nueva vibración al aire que te circunda.
El canto es certeza máxima del vivir.
El canto es el encaje blanco que bordas en el aire y donde emites el esbozo de un misterio inasible. En su fugacidad está el aliento de lo eterno.
El canto reivindica la memoria, es una toma de conciencia vital, una experiencia corporal que roza y rasga el espíritu, cuando no lo abraza.
El canto es la música del hombre desnudo fundido con el todo. A la vez puede ser una vía de exhortación del mal, de expulsión de nuestros demonios o de invocación a dioses de cualquier tipo y condición.
*
Veamos los hallazgos encontrados en el Molino Romero, espero que pronto estén visibles los ajuares y los restos cerámicos, las puntas de flecha y los antiguos herrajes que me acompañaron un día. Aunque de momento me conformo alegremente de los cantos que entrescucho por sus piedras.
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Cantar mojado en la piedra seca
Tiene el molino entre sus piedras
esquejes de romero y hierbabuena,
que dan a la harina un pan
de aromas tierno y fina corteza.
Tiene el molino agua por entre sus venas,
caudales de plata que el río lleva,
que nutren de sangre alegre
la tierra suave de prados y laderas.
*
Tiene el molino no más que una humilde rueda,
monolítica y rugosa, adusta y gruesa, de una sola pieza,
suficiente para alimentar a las familias de la aldea.
Por lo demás, es todo virtud del agua y de la piedra
con la atención mimada de quien vierte allí la siembra.
Labrador a tus prados, molinero a tu molienda.
*
Como el ronco roble que hueco y algo marchito entona el cantar del bosque,
yo, joven aún y próspero viejo, sucedo al roble en su símbolo acorde.
Y entono mi canto con las lágrimas de todos los llantos,
diamantes que pulidos por el orfebre de mi corazón.
*
En el canto el hombre absorbe la naturaleza.
De un trago, de una bocanada.
Cuando la expulsa por su boca
los árboles toman la palabra
y en el viento brotan las hojas
y en las nubes las amapolas
que bailan y se desvanecen.
*
Rock de los bosques
Que ramas me crecen y lobos crío
que los montes salvaje hoy domino
bajo el sonido de los animales que imito
que es de noche y despierto a la noche,
que vivo en vilo y soy puro derroche.
*
Que así, aguas, ruedas, bosque y siembras
entonen en el molino la romería y la fiesta
que tienen por costumbre celebrar los hombres y la tierra.
Con las mujeres al frente
con todas uno casarse quisiera.
Para al mes salir de casa
a comprar tabaco por peteneras.
Alegría, guasa, risas tontas despreocupadas
naderías del júbilo que
Ay si hablara el molino Romero,
si cantaran los pájaros de mi corazón
como lo hicieron antaño
la ribera del río sentiría ese acordeón
que se encoje y estira
y no atiende a ninguna razón.
Tiene el molino al lado un puente
que me lleva al amor
el del recuerdo de mi amada
y el del pueblo del cual soy.
Tiene el molino la memoria
de mi edad entera
que detenida hoy piensa
en el ayer, el mañana y el hoy.
Tiene el molino al lado un puente
cuyos ojos miran al sol
y ven el agua que riega
la tierra , el alma y el yo.
Que así sea, que en el Molino Romero
todos ya saben el tesoro que guarda
más que el pan, más que el trigo
el símbolo riega y manda.
Es la rueda que con el agua avanza,
para moler el grano de la enseñanza,
esa que es siembra adecuada
en el corazón y cabeza de la gente sana.
*
Tiene el molino Romero entre tus piernas
Los ojos que me atrapan en sus aguas frescas,
de las cuales bebo y más allá surco y navego
y muelo el grano resuelto de mi cosecha.
*
De belleza infinita, cierta y desmesurada
Fronda salvaje, ola en cresta, vespertino e izado viento.
De allí, cima Olimpo de Venus coronada,
De allí digo, caigo rendido, curado ya y sin conocimiento.
*
El símbolo es la materia desmaterializada, espiritualizada.
*
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