Carlos Medel Redondo 19 nov. 2012
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“Los objetos apenas me interesan, lo que me obsesiona son los lugares y mi relación activa con ellos; me parece aterrador el modo en que nos han enseñado el arte: producir objetos en el taller que viajan en camión a la sala de exposiciones, donde se exhiben.”
Lara Almarcegui
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El lugar se transforma, inevitablemente. Permanece el lugar, pero inexorablemente cambia de forma. Muy lentamente. Como nosotros mismos. Sin embargo, hay sucesos que aceleran el ritmo de las transformaciones, como es el caso.
En el horizonte cercano se puede distinguir con claridad un edificio alargado y blanco. La nada se acerca, pero mucho antes de que nos alcance la nada proyecta su naturaleza vacía y hueca. Todos sabemos que la nada trabaja concienzudamente y que dispone de maquinaria y de mano de obra. De medios. La nada está tan cerca de nosotros que apenas podemos pestañear sin notar su gasa en el aire, su aliento helado de cámara frigorífica.
He querido ofrecer cuatro fotografías para que nos cuenten la historia de un lugar. Pero quizás deba realizar un trabajo mayor, más documentado, al modo de Lara Almarcegui. Conocí el trabajo de Lara el pasado septiembre, en el CA2M (Centro de Arte Dos de Mayo, Móstoles) y en seguida pensé en utilizar sus métodos. Lara es una artista muy singular que investiga lugares con tal minuciosidad y profundidad que sus trabajos han sido reconocidos a nivel mundial. Y se expresa así: clicken!!!
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