2015
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He aquí del por qué la piedra se descompone en píxeles. No quiero dar una perspectiva científica a esta imagen porqué no es aquí el proceder habitual, pero intuyo que podría hacerlo y dar así mayor calado, mayor fondo y significación a la materia que me tiene obsesionado.
Las fotografías (tomadas el pasado junio en el centro de creación artística Alfara Studio, Salamanca) las he procesado con un nuevo programa y hasta que le pille el truco tendré que trastear horas. Sin embargo, veo la posibilidad que me brinda ese cambio, esa transición que supone explorar un programa de tratamiento de imágenes hasta pasar a dominarlo.
El conocimiento ha explosionado con la sola intención de aprender y observar un error. Y obtengo algo distinto que enlaza con el tiempo en el que vivo. No está mal, pienso. Y me gusta. Por lo menos abandono la tradición, esa coraza, ese corral de comedias en el que vivimos como animales. Y lo digo a razón del refrán: "El hombre es un animal de costumbres". Ya es hora de explorar el exterior y de que la piedra no pierda el tren de mi tiempo.
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