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Fue el primer día que conocí el espacio cuando, azorado de tan drástico cambio, decidí pasear por los alrededores de Matadero, a fin de meditar sobre mi nuevo quehacer. Su ubicación, al lado del río Manzanares, es del todo adecuada para descongestionarse y reflexionar con tranquilidad, y más en mañanas soleadas y apacibles como aquella. Madrid Río parece haber sido un acierto para la ciudad, y el espacio reservado para el arte contemporáneo de Matadero no lo es menos.
Aquella mañana, paseando por las orillas del Manzanares me topé con el Club de Remo de Madrid (Federación Madrileña de Remo), una instalación que hace de sede y de hangar para sus embarcaciones. Al lado, una joven y un hombre de unos sesenta años se afanaban con una radial en cortar lo que hoy veis aquí. Una gran furgoneta detrás contenía los restos de otras embarcaciones partidas, producto de la limpia que estaban haciendo en sus instalaciones.
Me acerqué a ellos y les hablé. De tal modo que pude hacerme con estos fragmentos de un barco comprado en Italia, que fue campeón de España y que aquel preciso día iba a ser destinado a un Punto limpio. La vida de aquél barco -al decir barca me corregían, -es un "dos con", o sea un barco de dos remeros más timonel, entendí. Los restos de aquel barco conocen una nueva segunda vida en el interior de una de las naves de Matadero, que será efímera pero gloriosa. Otro día hablaré de lo que pienso de esta rescatada pieza, más allá de su valor escultórico.
Aquella mañana, paseando por las orillas del Manzanares me topé con el Club de Remo de Madrid (Federación Madrileña de Remo), una instalación que hace de sede y de hangar para sus embarcaciones. Al lado, una joven y un hombre de unos sesenta años se afanaban con una radial en cortar lo que hoy veis aquí. Una gran furgoneta detrás contenía los restos de otras embarcaciones partidas, producto de la limpia que estaban haciendo en sus instalaciones.
Me acerqué a ellos y les hablé. De tal modo que pude hacerme con estos fragmentos de un barco comprado en Italia, que fue campeón de España y que aquel preciso día iba a ser destinado a un Punto limpio. La vida de aquél barco -al decir barca me corregían, -es un "dos con", o sea un barco de dos remeros más timonel, entendí. Los restos de aquel barco conocen una nueva segunda vida en el interior de una de las naves de Matadero, que será efímera pero gloriosa. Otro día hablaré de lo que pienso de esta rescatada pieza, más allá de su valor escultórico.
Y es que quisiera contaros detalladamente el proyecto en el que ando involucrado desde mediados de octubre, pero no me parece prudente. Aún. Deciros a todos, estimados y escasos amigos, que estoy encantado en todos los aspectos y que parece un sueño concedido desde el silencio. Y desde aquí; pues lo que puedo adelantaros es que guarda una relación estrechísima con la temática del territorio que habito y sobre el que he estado trabajando en este blog desde hace bastantes años. Y nunca es bastante.
Por ello brindo con vosotros con una alegría que me desborda:
¡Arriba esas copas!
¡Va por ustedes!
¡Salud eterna!
¡¡¡!!!
¡!¡
¡
¡
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