Ficha técnica:
Título: "Crisálida de un mundo nuevo"
Técnica: Fotograbado sobre cobre
Medidas plancha: 245 x 160 mm.
Medidas papel/ tipo: 330 x 305 mm./ Fabriano 300 grm.
Edición: Sin editar
Taller: El mono de la tinta (Madrid)
Estimación económica: 150 €
Autor: Carlos Medel Redondo
I
No todas las veces comento mis propias imágenes desde la persona que creo ser. A veces lo consigo, pero diría que no es lo habitual. Quiero decir, a veces leo mis imágenes desde fuera, desde otro por razones obvias: la primera, por pudor; la segunda, por querer ser imparcial; y la tercera, por ver con otros ojos.
Las razones que expongo sobre mi arte me parecen tediosas, muy aburridas y más que sencillas, simples. Estas razones se resumen en: "Lo hago porque quiero, porque me sale, por dar respuesta y salida a un impulso inexplicable". Y claro, decir siempre lo mismo aburre sobremanera a cualquiera y a uno mismo en primer término, lo cual no puedo consentir. Pienso que las cosas así no funcionan nunca. El aburrimiento es otro sinónimo de la muerte.
Además no es una argumentación suficientemente sólida ni enriquecedora. Tal vez el arte no necesite de tanta teoría, y que la teoría en el arte es otra excusa para dar cancha a una caterva de inútiles que buscan inspiración en las obras de los artistas. Tal vez tenga dentro un crítico de arte frustrado o viceversa. El caso es que busco alejarme de todo y el todo me encuentra, como una policía secreta. Que tenga mi obra relación con otras poco debe importarme.
Un artista produce arte en la medida que un caballo pasta en el prado y come hierba. Esta idea también es falsa. Un artista no es un iluminado, pero su trabajo está llamado a alumbrar la sociedad en la cual vive. De ahí que, generalmente, no tenga salario y se sitúe en los límites de la sociedad misma. La sociedad no va ha pagar a quien la critica, sino a aquellos que la adulan y la envenenan aún más. Esta idea también es falsa.
II
Un artista produce arte en la medida que un caballo pasta en el prado y come hierba. Esta idea también es falsa. Un artista no es un iluminado, pero su trabajo está llamado a alumbrar la sociedad en la cual vive. De ahí que, generalmente, no tenga salario y se sitúe en los límites de la sociedad misma. La sociedad no va ha pagar a quien la critica, sino a aquellos que la adulan y la envenenan aún más. Esta idea también es falsa.
III
Por eso me pongo el chaleco decimonónico para comentar mi imagen desde fuera, a ver si así me lo creo más. Y le doy carrete. De tal modo, esta imagen pasaría a ser vista con otros ojos y comentada con otra mente. Veamos si es posible y qué grado de verisimilitud alcanza y si hay un crítico de arte dentro de mí o es sólo un espejismo imitativo de mis lecturas.
Imposible. Me he tenido que quitar el chaleco decimonónico; ya huele. Con todo, el juego de los heterónimos (Kitos, Román García Palacios, Medel, Charly,...) que permite un cambio de estilo y sobre todo limita el tedio de ser siempre uno mismo, queda desactivado. Soy un crisol de espejos que se han ido empañando con la actividad creadora. Y hoy lo celebro.
Probaré con la desnudez -siempre ha sido mi principio-, ni chalecos, ni trajes, ni hostias, ni pollas en vinagre. La mirada limpia, desnuda, prístina. (...) Imposible también, no puedo cambiar mis ojos ni limpiar mi mirada en los afluentes del arte contemporáneo. No me queda otra que renunciar a comentar mis obras desde mis múltiples yo, y abordar el reto desde mi persona, única e inimitable, si es que puedo conocerme. El yo es una creación tediosa y concienzuda cuyo principal ingrediente parece ser la responsabilidad. Veremos si la nueva vida trae consigo mi nueva vida.
IV
Lo primero que veo es una larva en medio de la molicie, una crisálida descolgada de un almendro churrascado, agonizante. Una nueva criatura pronto verá la luz y me parece increíble que sea mía.
En una ocasión, me pregunté qué significado tenía aquella bañera volteada. Provoca una inquietud por ofrecer una forma insólita, alejada de su función inicial. Todo desecho disfruta de una nueva vida que permanece en letargo hasta que el artista interviene sobre él.
Quise aclararme los ojos y ver lo que desde entonces veo: una crisálida que es fruto de un mundo desahuciado, de un mundo despiadado que no oculta ni remedio pone a la desenfrenada vida de lo que hoy somos: consumidores consumidos. Lo queremos todo nuevo, como si eso nos hiciera vivir mejor y rebautizar cada acto en una primicia novedosa. Otra venda más para nuestros ojos cegados por el sol de la publicidad y del dinero.
Quizás, toda esta ceguera colectiva tenga su contrapunto y respuesta en la nueva criatura que se está gestando aquí, crisálida de un mundo nuevo. En eso creo, o quiero creer, como en una religión ancestral que espera el advenimiento de un ser que pueda sanear a nuestra querida y odiada la sociedad enferma. Aunque ese sea el engaño que todos nos hacemos al hacernos responsable de traer una nueva criatura al mundo.
Quise aclararme los ojos y ver lo que desde entonces veo: una crisálida que es fruto de un mundo desahuciado, de un mundo despiadado que no oculta ni remedio pone a la desenfrenada vida de lo que hoy somos: consumidores consumidos. Lo queremos todo nuevo, como si eso nos hiciera vivir mejor y rebautizar cada acto en una primicia novedosa. Otra venda más para nuestros ojos cegados por el sol de la publicidad y del dinero.
Quizás, toda esta ceguera colectiva tenga su contrapunto y respuesta en la nueva criatura que se está gestando aquí, crisálida de un mundo nuevo. En eso creo, o quiero creer, como en una religión ancestral que espera el advenimiento de un ser que pueda sanear a nuestra querida y odiada la sociedad enferma. Aunque ese sea el engaño que todos nos hacemos al hacernos responsable de traer una nueva criatura al mundo.
Plancha de fotograbado de cobre entintada, lista para estampar. |
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