*****
He aquí el aspecto que presenta uno de los caracoles de acceso a la planta de arriba del centro comercial con el que me topo cada día en mi camino al trabajo. Creo que la imagen condensa por sí misma a toda la estructura en su conjunto, o más bien a su carácter de ruina actual y a quienes la frecuentan. También creo que mediante estas fotografías estoy retratando y documentando los estertores de un modelo que ha fracasado: los centros comerciales en los centros de los barrios periféricos. En el caso de Orcasur, tal vez las autoridades estén mirando hacia otro lado intencionadamente, a sabiendas que la marginalidad y la pobreza encontrará allí un refugio. Es parte de La España Invisible que nadie quiere ver. Es el escenario donde a diario se representa la tragicomedia de la vida en uno de los barrios más humildes y castigados de la capital.
¿Por qué digo castigados? ¿Por qué humildes? Pueden ser adjetivos que aspiren a resumir un barrio con una idiosincrasia propia. Hace pocos años trabajé en otro centro deportivo donde parte del personal residente me hizo saber que Orcasitas se divide en tres barrios: Poblado dirigido, Meseta y Orcasur. Al lado de éste último, San Fermín, El más chungo, afirman todos, Orcasur. Hoy por hoy no doy fe de eso.
Atravieso a pie cada día una parte de Orcasur. Es un barrio tranquilo, -me digo en mi caminar. Abro los ojos atento a todo, curioseo incluso, callejeo y me desvío del trazado más corto según los minutos que calculo me sobran para fichar al límite. Hago fotografías, a veces incluso sabedor de su poca valía. Es registrar parte de un paseo obligado en el cual experimento una de las mayores libertades del día. Disparo lo que me gusta, lo que me disgusta, lo que me llama la atención, lo que parece más insignificante. Disparo prácticamente contra todo. Será una huella humilde, -como la piedad de dios-, una mirada fugaz -como una noche de amor-, una caza furtiva -como un beso no correspondido. Retrato mi castigo, y los alientos que encuentro en medio de la tortura. Supongo que es parte de mi idiosincrasia. De ser libre y ser esclavo.
No comments:
Post a Comment