No hay justicia, hay medidas medianamente justas, porque la justicia es un ideal inalcanzable por el que hay que luchar constantemente. En su nombre se cometen innumerables atrocidades, entre ellas encarcelamientos de personas que no dejan de ser víctimas de una realidad social durísima. La justicia condena a los pobres a mayores penas que a los ricos, aún cometiendo estos últimos crímenes superiores. No hay justicia para el pobre, para el marginado, para el raro. Y si la hubiera también los culparían. El crimen es no tener pasta, está claro, pues ¿cómo afrontar pagos ineludibles sin un pavo?
(Música: La Polla Records: Igual para todos:
http://www.youtube.com/watch?v=LPnCOnkqcL4)
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II
Tampoco hay justicia en el panorama nacional. Los progres, esa caspa advenediza (tranquilos, cuando toque criticar a otros lo haré con la misma sensibilidad), se proclaman defensores de los valores universales pensando en la foto y no en los problemas reales y más acuciantes de la sociedad actual. Son genios de la creación de opinión pública, nos manejan con una maestría indecible. De otro modo no se puede entender este bochornoso clima de resignación, de ensoñación, de aletargamiento. Es una lástima, por no decir una vergüenza, que la casta socialista no tenga capacidad de autocrítica, o al menos, de crítica seria, rigurosa. Es como decir que la clase política es indigna del poder, y que toda aplicación normativa es de dudosa índole.
Encima, internacionalmente, existe un consenso global a nivel económico de las corporaciones más poderosas para frenar el alza del pensamiento crítico, pues nos conduciría a un tipo de sociedad no sólo más igualitaria, sino más pensante. Esto supondría una doble amenaza: a las apoltronadas etites y al entramado capitalista.
(Enlace: Eric Frattini: http://www.ericfrattini.com/)
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III
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CMR, 4 de enero 2010
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