Diciembre 2011
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Otra vez que he pasado de largo por aquí. Y es que, la verdad, hace tiempo que siento una extraña repulsión hacia Salvador Dalí. Ya me vale, pero es así. Y ya me vale porque en esta ocasión, al parecer, lo expuesto son esculturas que tienen muy buena pinta. Sin embargo, en la entrada te colocan al huevo-huevón que me echa atrás, pues me induce a pensar directamente en el "automatismo psíquico puro", en expresión de André Bretón, o en cosas como éstas. El Surrealismo me cansa, me desagrada y me hastía hasta la saciedad. Tanto mensajito encubierto...venga ya!!! Atufa a psicoanális y a burdo autoconocimiento. Frente al germen del huevo, de la vida futura, de la vida contenida o reprimida que parece representar el huevo, muestro la piedra, la hostia (la destrucción nihilista del dadaismo), la materia que es abrupta, directa y delicada a la vez.
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