Febrero 2011__________________________________________________
Este es el aspecto que presenta parte del "cromlecho" donde trabajo. Un trabajo que roza lo sagrado, por muy rechinante que resulte a muchos de mis conciudadanos. Los que me conocen ya saben que con el término "sagrado" me refiero a lo más humano, a una potencialidad que poseemos y que hemos ido perdiendo, o bien a favor de la racionalidad científica (llámese tiranía de la lógica) o en contra de aquellas instituciones que se alzaron como legítimas gestoras de lo sagrado (llámese iglesia y clero).
Hace unos días estuve con un antiguo compañero de universidad que marchará próximamente a Perú. Su interés por el chamanismo se remonta años atrás y se puede decir que no es un simple iniciado, que ha pasado por India y ya cuenta con experiencia y con influyentes contactos relacionados con esta rama de la magia. A medida que me hablaba de ello mi mente se aclaraba más. Sí hace unos días me despedía de vosotros hoy regreso para saludaros de nuevo y dejarme de llantos y ahorcamientos.
La razón es simple. He encontrado el sentido de mi trabajo, que es tanto como decir el sentido de mi ser. No tiene nada que ver con el chamanismo, pero éste me ha dado el sentido. La salud que mi trabajo me reporta es una especie de magia, pero además, cuando uno comprueba su efectividad, busca proyectarlo en su sociedad, para que ésta cure sus males. Fijaos que es sencillo mi arte, tanto como para que cualquiera lo haga. El chamán de extrarradio tendría que difundir su medicina espiritual, pero primero ha de pasar por diferentes fases de depuración. Esta es una aventura que he emprendido en soledad, de ahí su dureza. He de mantenerme firme y no rendirme, y con ello estoy, aún vacilante, dando un paso adelante y otro hacía atrás, como el que sigue los pasos de una danza ancestral.
A partir de aquí y de ahora, no profundizaré demasiado en las prácticas chamánicas, pero las tendré en cuenta. No puedo negar que me resulten de gran interés pero tampoco puedo negar que me despierten cierta desconfianza. Mi camino es mi camino, y mi círculo "comlecho" el lugar de encuentro entre la vida, el arte, el sueño y el futuro.
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