La alfombra convierte en salón a todo el campo circundante. Efectivamente, el campo es nuestra casa, sólo que no nos damos cuenta de ello. Necesitamos cuatro paredes para desarrollar nuestras vidas. Es lo normal. Pero no por ello no deja de ser triste.
Mejor guardo silencio, que según dicen, estoy más guapo. Pero guardaré otro silencio que me arma indefectiblemente ante toda opinión crítica, aquel silencio del que habla David le Bretón: "Guardar silencio y caminar son hoy en día dos formas de resistencia política".
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