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Ante la máxima de "Todo arte es político" entablé el pasado viernes una interesante conversación con un amigo, en la que él, activista político, mantenía dicha premisa a rajatabla mientra yo discrepaba en muchos puntos. El gato se lo llevó al agua, más por su acaloramiento que por sus enconadas argumentaciones . Mientras yo apelaba a la belleza como razón primera del nacimiento del arte, él, mi camarada, apelaba a la dimensión política como origen de todo arte.
I
Quise meterme a posteriori en su pellejo y mollera, para entender en profundidad la dimensión de lo tratado y pensé en la respuesta política que supone las intervenciones de El Charly, a qué responde, qué apuesta mantiene, qué ataca, de qué huye, a qué alude.
Quise ver, en primer lugar, una vía de escape -tal vez novedosa- a las tradicionales formas de escapismo social. Todo escapismo social funciona de foco de resistencia y ejerce como tal una forma de pensamiento crítico. Hay que decir que si existe escapismo en estas prácticas son con una intencionalidad clara: la de acercarse a la tierra, sea cual sea el grado de "belleza" que contiene.
El lugar elegido para ejercitar dicho escapismo se sitúa en el centro del huracán. La Mancha que Cervantes conoció también era un erial salpicado de accidentes, y en su amplio tablero puso al universal Caballero de la Triste Figura en juego. Conquistar el lugar, hacerlo suyo, ya sea a través de la memoria -el registro escrito de la experiencia-, o mediante la intervención artística -el impulso estético hacia el bien del ser humano.
Con ello tendría un método de apropiación que legitima con la práctica artística la expropiación de dicho territorio. Es decir, cuando una tierra se abandona dicha tierra es susceptible de ser conquistada. Legalmente no hay manera de apropiarse de ella, pero metafóricamente tendríamos unos nuevos herederos/dueños en los artistas que han intervenido sobre dicha tierra. En consecuencia, el deber moral sería iniciar una serie de conversaciones que vertebren tal problemática y que en futuros congresos inauguren un nuevo régimen de apropiación de la tierra.
El tema tiene que ver con la reconquista de la tierra por parte del pueblo, algo esencial en la creación de la configuración de todo pueblo. Es un hecho que cuando a un pueblo se le quita la tierra queda totalmente vendido a las fuerzas de explotación. Es un hecho que cuando a un pueblo se le quita la tierra queda totalmente desestructurado, que tiende inexorablemente a su desaparición.
El hombre ya no es dueño de su trabajo, está a merced de una caprichosa demanda laboral para ganarse el pan, en el mejor de los casos. Como decía tío Pardales "Si el hombre no trabaja la tierra no hay nada". Nada real. Podemos tener iphone 7, un mercedes, un piso en Alcobendas. Seguiremos sin tener nada. Todas esas cosas, son eso: cosas, que además no dejan de pedir y lo único que nos da es una pseudofelicidad hipotecada de por vida. En Miami ya es un estilo de vida, un chip que han aceptado llevar para no dejar de ver lo que las fuerzas comerciales quieren que vean.
El método de apropiación de la tierra hecha por el artista pasa por reclamar más su obra que el territorio en sí. Me explico. Mis obras se insertan en el paisaje y se localizan en un lugar en concreto. Obra y lugar son inseparables, y reclamando la obra tendré también la tierra que lo alberga de modo intrínseco. Argucias más torpes y de peor calaña han tenido éxito. Seguramente esta argumentación sería tumbada en dos minutos ante los juzgados correspondientes, pero pondría en tela de juicio y sobre la palestra el uso -y desuso- de una tierra que por razones históricas y comunitarias, es de todos.
Y no digo que busque lucrarme con ello. Mis obras son efímeras, pero algunas requieren mantenimiento, como seres vivos, inocentes y desvalidos. Ese mantenimiento me hace regresar una y otra vez al lugar, y a medida que cuido y restauro las obras ya hechas, las consolido con cada recreación. Además busco enriquecer el entorno con otras nuevas obras, de tal modo que poco a poco se va construyendo un nuevo paisaje, un nuevo parque temático al margen de todo mercado. Es como una nueva forma de colonización, solo que en lugar de ganado o cereales se realiza a base de obras de arte. !!Ay de aquellos que no logran vislumbrar utopías!! -querido Sancho.
Quiero entenderme a mí mismo desde una situación. La acción se sitúa precediendo al acto político. La acción por la cual el hombre reclama la tierra es absolutamente ontológica, es prepolítica, y en muchas ocasiones no es consciente de esa reclamación. La historia y la biología son dos pilares que lo confirman. La relación del hombre y la tierra es inapelable e indiscutible. Hay cosas inapelables e indiscutibles, y todo oficio dedicado a cuestionarlo debería ser - si no prohibido- revisado.
Las leyes de los hombres fueron saqueadas por los malhechores, aquellos mismos a quienes hoy debemos pleitesía. Así de irónico demuestra ser el destino de la humanidad; al menos hasta que no se legisle el nuevo régimen de apropiación de la tierra. Todo este memorial utópico culminaría con otra máxima: "El arte debe anteponerse a toda ley". El arte pasa de la política, la detesta, el arte debe fundir a la política y hacer un nuevo molde para el material noble que resulte. El arte debe ser el crisol de la política, por mucho que diga Doris Salcedo.
Llegados aquí, estimados y cada vez más escasos amigos, concluyo con un nudo de contradicciones que presentan el estado de la cuestión en el mismo punto donde empezó: con un gato descuajaringudo en el agua de una piscina abandonada.
El lugar elegido para ejercitar dicho escapismo se sitúa en el centro del huracán. La Mancha que Cervantes conoció también era un erial salpicado de accidentes, y en su amplio tablero puso al universal Caballero de la Triste Figura en juego. Conquistar el lugar, hacerlo suyo, ya sea a través de la memoria -el registro escrito de la experiencia-, o mediante la intervención artística -el impulso estético hacia el bien del ser humano.
II
Con ello tendría un método de apropiación que legitima con la práctica artística la expropiación de dicho territorio. Es decir, cuando una tierra se abandona dicha tierra es susceptible de ser conquistada. Legalmente no hay manera de apropiarse de ella, pero metafóricamente tendríamos unos nuevos herederos/dueños en los artistas que han intervenido sobre dicha tierra. En consecuencia, el deber moral sería iniciar una serie de conversaciones que vertebren tal problemática y que en futuros congresos inauguren un nuevo régimen de apropiación de la tierra.
El tema tiene que ver con la reconquista de la tierra por parte del pueblo, algo esencial en la creación de la configuración de todo pueblo. Es un hecho que cuando a un pueblo se le quita la tierra queda totalmente vendido a las fuerzas de explotación. Es un hecho que cuando a un pueblo se le quita la tierra queda totalmente desestructurado, que tiende inexorablemente a su desaparición.
III
El hombre ya no es dueño de su trabajo, está a merced de una caprichosa demanda laboral para ganarse el pan, en el mejor de los casos. Como decía tío Pardales "Si el hombre no trabaja la tierra no hay nada". Nada real. Podemos tener iphone 7, un mercedes, un piso en Alcobendas. Seguiremos sin tener nada. Todas esas cosas, son eso: cosas, que además no dejan de pedir y lo único que nos da es una pseudofelicidad hipotecada de por vida. En Miami ya es un estilo de vida, un chip que han aceptado llevar para no dejar de ver lo que las fuerzas comerciales quieren que vean.
IV
Y no digo que busque lucrarme con ello. Mis obras son efímeras, pero algunas requieren mantenimiento, como seres vivos, inocentes y desvalidos. Ese mantenimiento me hace regresar una y otra vez al lugar, y a medida que cuido y restauro las obras ya hechas, las consolido con cada recreación. Además busco enriquecer el entorno con otras nuevas obras, de tal modo que poco a poco se va construyendo un nuevo paisaje, un nuevo parque temático al margen de todo mercado. Es como una nueva forma de colonización, solo que en lugar de ganado o cereales se realiza a base de obras de arte. !!Ay de aquellos que no logran vislumbrar utopías!! -querido Sancho.
V
Quiero entenderme a mí mismo desde una situación. La acción se sitúa precediendo al acto político. La acción por la cual el hombre reclama la tierra es absolutamente ontológica, es prepolítica, y en muchas ocasiones no es consciente de esa reclamación. La historia y la biología son dos pilares que lo confirman. La relación del hombre y la tierra es inapelable e indiscutible. Hay cosas inapelables e indiscutibles, y todo oficio dedicado a cuestionarlo debería ser - si no prohibido- revisado.
VI
Las leyes de los hombres fueron saqueadas por los malhechores, aquellos mismos a quienes hoy debemos pleitesía. Así de irónico demuestra ser el destino de la humanidad; al menos hasta que no se legisle el nuevo régimen de apropiación de la tierra. Todo este memorial utópico culminaría con otra máxima: "El arte debe anteponerse a toda ley". El arte pasa de la política, la detesta, el arte debe fundir a la política y hacer un nuevo molde para el material noble que resulte. El arte debe ser el crisol de la política, por mucho que diga Doris Salcedo.
Llegados aquí, estimados y cada vez más escasos amigos, concluyo con un nudo de contradicciones que presentan el estado de la cuestión en el mismo punto donde empezó: con un gato descuajaringudo en el agua de una piscina abandonada.
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