Tuvo el fuego la suerte de besar y la dicha de arder.
Tuvo la ceniza la bondad de recoger el sudor esparcido.
Tuvo el pasto salvaje que alzar su cuerpo y acogerlo en su vientre.
Tuvo el sol la gracia de mostrarme todo, salvo el fuego.
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Qué locura prestar atención a la historia, pero ¿qué hacer si no cuando se ha sido traspasado por el tiempo?" Cioran
Tuvo el fuego la suerte de besar y la dicha de arder.
Tuvo la ceniza la bondad de recoger el sudor esparcido.
Tuvo el pasto salvaje que alzar su cuerpo y acogerlo en su vientre.
Tuvo el sol la gracia de mostrarme todo, salvo el fuego.
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FICHA TÉCNICA
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0. Residencias Exilio os presenta la fachada de su última estancia.
El interior era totalmente diáfano, apenas con cuatro pilares y cuatro vigas de madera de cedro. Con ese sencillo esqueleto -fémures del bosque- y un camastro de secos helechos, nos hemos conformado para pasar la primera quincena de febrero. Nos trajeron ya entrada la noche, semiinconscientes. Por la mañana, muy temprano, se fueron.
1. Dos semanas no han sido suficientes para reponernos de las dolencias. Y aún con ello, parecemos estar conformes. Resignados. Seguimos vivos. Dos semanas que han sido como dos años con una única constante: el dolor. Hoy, convaleciente aún, he vuelto al tajo, a mi puesto, a mi cuartel general en las trincheras de Monegros desde donde preparo las incursiones demandadas por mi superior.
2. La lucha por la vida continúa, incluso cuando dormimos. Solo desde la resignación hemos tenido claro qué es la belleza última, porque la resignación es paz y solo desde la paz se intuye y construye la belleza. La lucha por la vida es arrancar al tiempo todo el tiempo posible para dedicarlo a la belleza.
3. La tregua no existe, solo es un vocablo del pasado. Cuando no es una cosa, es otra. Y así, los problemas florecen con tanta naturalidad que no puedes odiarlos. Tan sólo olerlos. Problemas hay de todas clases y gustos, o disgustos. Algunos problemas claramente apestan; muchos de estos apestosos problemas dependen de ti, y del grado de postergación que tengas con ellos. Me vienen a la nariz unos cuantos que conservo en formol. Problemas como reliquias, fuera del alcance del aire. Problemas como emblemas, razones para luchar, para sacar brillo al escudo que portas. Sacar los problemas como banderas, buscar mástiles, torres, altos; tenderlos al viento. Los problemas son remolinos que se forman en el interior, y que buscan una salida, un punto de fuga donde poderse diluir y perder.
4. Flores del día a día poco a poco eclosionan mientras otras se marchitan y otras ya se pudren. Es así. Así ha sido hasta ahora. Y que así sea por siempre jamás.
5. Hemos sido elegidas para el jarrón de porcelana que preside la entrada a la pagoda de Iskhar. Hemos recibido el rocío de la mañana pulverizado uniformemente por nuestros pétalos. Ahora ya, cortadas por la parte baja del tallo, nos echamos a dormir. Así es cómo esparcimos nuestro corazón, levantando el polen en el suspiro que sigue al ronquido. Hay una abeja que ha entrado al templo. Se guía por la batuta de nuestros estambres y pronto interpreta la sinfonía policorde de la vida.
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"Ya se fue. Pero aquí sigue, en mí,
que ya me fui también, dejando todo aquí."
Enebro el roto hilo de los días por la aguja roma de este lápiz. Zurzo calcetines, heridas y otras miserias, reviso costuras y las refuerzo si lo requieren.Y aunque parezca ya rematado el sayo y unívoco su abrigo, el poema no sirve de cobijo ni da calor alguno.
Más bien, el poema hace más cruel a la ventisca. Suministrar los dardos de belleza sencilla, esa que florece y anticipa la primavera. Las ramas del sauce se desperezan y elaboran una danza ebria. El sauce da las gracias a la ventisca y la ventisca hace otras reverencias ocultas. Las hojas vuelan alto y dan palmas de alegría. Los niños saltan en los charcos y sus risas retumban en la panza de las nubes. A mi lado, ella, con su voz de pajarillo, tan resuelta, dice: corre papá corre. Llenos de gozo vamos a la escuela.
Ya está en clase, ya quedo huérfano de nuevo. Suspira el último relente de la madrugada, porque el día, aunque empieza, ya está hecho. Arrecia a mi lado su reciente ausencia, y sonrío sin darme cuenta, con una mueca amarga que delata tanto abandono y acepta finalmente tanto expolio.
Gracias a la belleza por oxigenar el aire, por hacer del sufrir un arte, por golpearme hasta dejarme noqueado y besar la lona cubierta de flores marchitas.
La vida hace corpóreo al frío, jirón congelado en cada pespunte, latido azul de un iceberg en llamas que hoy no es más que el reflejo tembloroso en los primeros charcos de septiembre.
El neumático es uno de los desperdicios más abundantes y contaminantes de cuantos existen. Creo esta alarma con total rotundidad a fin de vencer la languidez con que se afrontan las tesis ecologistas y el escaso compromiso que a todos los niveles hay al respecto.
El neumático es uno de los elementos compositivos más interesantes de los que dispongo. No escondo que personalmente vea en el neumático un objeto a mi alcance con fines meramente estéticos, como tampoco escondo que hay en ello un "llamar la atención" para que sean retirados. Con ello cumplo con el principio básico del arte efímero y limpio -aunque sea escuetamente- mi sucia conciencia.
Digo que con estas sencillas acciones me enfrento a la pasividad personal y a no limitarme a contemplar y asumir el caos que a menudo me rodea. La pasividad social, la pasividad local y la pasividad estatal, hacen casi imposible coordinar programas de cooperación de limpieza de espacios periféricos realmente efectivos.
Por eso yo me curo en salud y hago y deshago lo que está en mi mano.
Cada neumático en sí encierra su propia historia, su propio rodaje. Es imposible saber por dónde han transitado, lo cual invita a la fabulación, a la ficción. Lo que sí es posible es determinar su edad. Gracias al desgaste que presenta cada neumático se podría calcular los kilómetros realizados. ¿Quién se pondría a investigar semejante despropósito, para qué?
El desgaste de cada neumático es además su huella dactilar. Uno de los proyectos gráficos que se podrían realizar consistiría en hacer registros de cada montonera, documentarlos, exponerlos y reutilizarlos de algún modo, o bien, como esculturas en sí mismos, es decir, descontextualizarlos y exponerlos en salas, patios o jardines. Otros modos de reciclaje podrían basarse en parque de juegos. Las posibilidades son inmensas.
Estas acciones y fotografías han sido realizadas en los límites Villaverde Alto, Usera y Orcasitas.
Hay que destacar dos procesos cruciales en la alquimia del grabado: el entintado y el estampado.
El entintado
La parte fundamental de la alquimia se produce aquí, en la mesa de entintado. Es aquí donde la tinta toma la matriz y la fecunda, ocupando el surco que el buril dibujó. Es aquí donde se decide el color, qué colores emplear, qué partes limpiar y abrillantar, qué partes ensombrecer, qué partes fundir. Aquí se decide su naturaleza. Si queremos la línea fina o sutil, si la queremos sucia, deshilachada o resquebrajada. En general, una línea fina transmitirá más elegancia y delicadeza, mientras que una línea ancha y sucia emitirá salvajismo y torpeza.
la tinta tiene que estar en perfectas condiciones de temperatura. Es recomendable batirla, así se expande, se pone en movimiento, se licua.
La tarlatana actúa como el cucharón que remueve la pócima en el caldero, dando al surco lo que es del surco y limpiando los excesos de tinta.
El estampado
Una vez que se dé por terminado el entintado, la matriz se coloca en el tórculo sobre un registro, que servirá para cuadrar el papel (previamente y convenientemente humedecido) y así obtener la mancha en el lugar deseado. Por último se agarra uno al timón y a cruzar los dedos.
Hay factores que influyen en la estampa final. Es crucial asegurarse de calibrar correctamente el tórculo, y así aplicar la presión adecuada. El estado de la tinta, la humedad del papel y el humor de uno mismo, pueden alterar y malograr la obra. Son los cuatro factores a los que mayor atención presto a la hora de estampar.
La siguiente relación de imágenes corresponden a un puñado de estampas con las que mantengo una relación de afecto y pugna. Podría asociarla directamente con la relación de padre e hijo. Aunque manida en el mundo del arte y de la creación, esta comparación me sirve para aproximarme a mi propia obra y poder vislumbrar ramificaciones futuras que le hagan crecer, sin desatender a sus raíces, para potenciar la reflexión y así llegar a la profundidad de sus significados.
Todas están realizadas en el taller El Mono de la Tinta (Madrid) entre mayo del 2023 y marzo 2024.
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3. Beato de la Mansión del Alquimista
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4. Cortejo de nacimiento
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6. Torre Profunda
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Pueden pedir descripción y precios por privado:
kitosmedel@gmail.com
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GRACIAS
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FICHA TÉCNICA
FICHA TÉCNICA
1.
Exilio interior, con vistas a una tapia desconchada donde la espuma del mar se fosiliza y se funde con los desconchados. Sobre ella, sobre la tapia y la espuma, transcurre la veloz cinta de la memoria, que cuenta la historia velada de un celuloide en negativo, desconchado también por el tiempo, y la espuma.
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Ay tiempo! Polvo y espuma, ramilletes desnudos que el viento porta y arroja a tus ojos cuando te deslumbras. Colmo de la carne y el hueso.
Ay tiempo! Con tus mimbres trenzas lo efímero y lo eterno. Un siglo, un año, un día, una hora. Cesta del aire que esparce tus esporas.
2.
Todo exilio es interior; es el único lugar seguro, pese a estar tan desconchado y húmedo como el exterior.
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El exilio es el presente que huye de la memoria, y en esa huida nunca encuentra cobijo. Sobre la marcha se construye su identidad nómada.
3.
Toco el mundo cada mañana con el escrúpulo de los cuervos y vuelvo a casa lo antes posible, a menudo espantado y con algún escarabajo en el pico que ilumina el cuenco de mi nido.
4.
Piso la calle y ya me arrepiento. Me giro sobre mis pasos y saco las llaves. Miro el buzón inútilmente. El hecho de utilizar las llaves me asquea. Entro en casa y se me escapa un suspiro de alivio. Me desinfecto de pies a cabeza. Luego, paso el día enceldado, a salvo, exiliado de mí mismo con la humanidad descompuesta en ristras, como una arpillera entre los escombros.
5.
Hoy he reconocido que sufro un bloqueo. Sutilmente una nube de vendas me tienen momificado. Como si hubiese sido un miembro destacado de alguna dinastía egipcia. Rodeado de todas mis riquezas, cumplo el rito de los muertos. Y ya son polvo las vendas y el bloqueo.
6.
Remembranzas duermen con otras remembranzas que ya entrelazadas forman una única imagen al amanecer, esa imagen que te vuelve los ojos y te arranca de los adentros una cadena de suspiros.
Cada suspiro es un eslabón del dolor que al expirarse torna su forma, y ya expulsado por la boca se convierte en pluma y se esfuma.
El dolor de hoy no pertenece ya al dolor de siempre. El dolor de hoy es el recuerdo de una caricia que no se produjo, o si se produjo fue creación tuya. Ficción
7.
Crees que puedes morir a causa de concebir tanta belleza en soledad, y que gracias a la soledad puedes concebir tanta belleza. Lo que te mata es su caricia, que te acuna en su lecho de espinas y te apuñala con los mismos pétalos que ayer acariciaste.
8.
Ayyyyy!!!!!
FICHA TÉCNICA
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I.
La mano recoge el historial de cada uno. Como una película de huellas dactilares que estira el viento de los descampados. Como un rastrillo de carne, huesos y uñas que acaricia la tierra del pasado.
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La mano recoge las huellas de anteriores edades. Como en una cueva paleolítica, las manos se montan sobre las manos, y forman una red, un tejido. Esa red es una red de apoyos y compromisos, esa red de manos entrelazadas y dedos engarzados forman una comunidad, una alfombra. Con los años, unas huellas se superponen a otras, que no las borran. Es superponer un nudo sobre otro nudo. Es un modo más de ponerse en contacto con sus antepasados, y empuñar el tiempo. Quién sabe si es otra manera de transmisión y recepción de afectos. No me costaría creerlo.
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Una montaña de manos se ha ido formando en el interior de la cueva. Una montaña de memorias, que parece ya más un río de lava, un mar, una marea viva que te lleva mar adentro, cueva adentro, bóveda cubierta de tu piel terráquea.
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La marea de manos toma la forma de la lluvia según voy caminando hacia atrás y mi visión se aleja. De repente tropiezo con el susto de notar manos en mi cabeza. Es el aleteo de los murciélagos que me rozan y me peinan de aspavientos espontáneos. Abanicos de Lucifer que me cubren junto al mineral oscuro; abrigos de intemperies internas que se abandonan al qué vendrá. Gloriosa feria del infierno que juega entre las manos del cielo.
FICHA TÉCNICA
Sigo ejercitándome en la xilografía, sin tener más norte que el que marca el pulso de la gubia. Por la amable superficie de la madera danza la reja del arado tras la cual esparzo trazos de esperanza. En este caso la matriz, -la amable superficie, la huerta gráfica-, es una madera artificial (DM) que fue en su día un tablero de ajedrez y que por esa razón la imagen se ha estructurado en casillas, en cuadrados, en celdas. Hoy el viejo ajedrez sirve de alojamiento a la mirada, y se enroca en gran hotel, en palacio, en abadía, en rúe, en parte de la calle de una ciudad aún por construir. O desenterrar.
Creo que puede funcionar para mural en un edificio, aunque sólo sea como boceto, como idea. Lo visualizo con facilidad. Imagino cómo funcionaría en el lateral de una torre cúbica, o en un solar, o de lona en un edificio en rehabilitación. Es igual. No se ve a nadie, salvo una mano y un busto naif que forma una torre, no sé a cuenta de qué. A ver.
Ese personaje destroza al resto de la imagen, la sumerge en la confusión y aporta un bombazo onírico fuera de lugar, como una rosa de plástico en el día de San Valentín, peor aún. La broma no me gusta pero me hace reír. Ese personaje, -no sé si resulta más grotesco que simpaticón, podría ser la personificación de un fantasma burlón, lo cual ya nos daría la pista de dónde estamos. ¿En algún lugar de Inglaterra, de Rusia, de tu mente quizás?
El viejo tablero resulta ser una especie de representación de la memoria, con sus casilleros como si fueran balcones, habitáculos, pórticos o umbrales por donde recuerdos y evocaciones rondan, trajinan y duermen. Entran, salen y permanecen a su antojo, con sus ajetreos, sus picardías, sus desconsuelos. Repiten movimientos que te siguen dando jaque en una partida sin relojes. Juegan contra el olvido, juegan contra los jueces del bien y del mal, juegan contra la oscuridad. O contra la muerte misma, como aquel cruzado.
FICHA TÉCNICA
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Pirois era uno de los cuatro caballos de Apolo, -o de Helios, o de Hiperion, que vienen a ser el mismo dios en lo básico. Dado el carácter eminentemente griego de este caballo (conste que no es ninguna copia) he buscado su nombre en la mitología clásica, fuente inagotable de inspiración. Y he elegido el de Pirois porque de entre los cuatro corceles con los que Apolo recorría el cielo de la Antigüedad, es quien simbolizaba lo ígneo.
Aunque el negro predomina en la estampa, una estrecha franja roja en la parte superior viene a indicarnos que el fuego es el elemento guía. La utilización mesurada del rojo combinada con el predominio del negro, me ha parecido apropiada para propiciar equilibro cromático y estar en consonancia, elegantemente, con la línea de la figura. Ya es hora de recuperar la elegancia como objetivo último y principio de la belleza, aunque sea en un trozo de papel.
Ficha Técnica
Título: La huella del fuego
Técnica: Grabado en hueco. Fotopolímero
Dimensiones: DinA 4 (aprox.)
Año: 2017
Taller: Artediez
Obras disponibles. Consultar por privado:
kitosmedel@gmail.com
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Escritos / Artefactos / Naderías
El infinito es el flujo y reflujo de la nada y el todo.
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La estupidez razonada y el ridículo que encaja fuera de lugar
son las manos que se estrechan en el acto del rezo.
El todo del templo, la nada del hombre.
Dios es el vínculo entre ambos
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El infinito es el collar de la marea que tiene al día y a la noche
en su idílico divorcio, felices por siempre unidos.
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El infinito es el segundo burlón
que se filtra por los poros del tiempo
y deja en la sangre su huella en un suspiro.
Y ese suspiro, no sé sabe
si es de alivio o de tedio
porque ya se conoce la broma.
*
Amargura y dulzura
se encuentran abrazadas y desnudas
en un remanso del caudaloso río
que por aquí pasaba
uniendo a las orillas.
*
El infinito es un puente colgante que pende
de un risco vacilante.
*
El infinito todo lo calma y todo lo arremolina.
*
El infinito es pensar que somos hijos, padres y nietos
de lo inabarcable,
de todo aquello que hierve en la cazuela
y que inunda de vaho tus cristales.
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El infinito es un reloj al que no le importa el tiempo.
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El infinito y la eternidad salen siempre a la gresca,
como dos gallos en el mismo corral.
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El infinito implora clemencia a lo eterno,
como el agua al sol para que ser de nuevo nube.
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Obras disponibles. Consultar por privado:
kitosmedel@gmail.com
Me sirve además de cuaderno digital, de catálogo, de diario, de trabajo, de terapia, de cajón de sastre, de hermano. Hasta el momento cada imagen va ganando interés según pasan los meses, los años. Hasta el momento no han perdido un ápice el tono poético que las domina.
Detenerse unos segundos delante de las imágenes que os ofrezco es una invitación a un ejercicio estético que brinda belleza y extrañeza, simplicidad y complejidad, locura y razón. Y siempre con el lenguaje insondable de la verdad.
Cualquiera que se quiera dedicar seriamente a la imagen sabe que debe compaginar el aspecto técnico y el teórico, es decir, cuidar la piel y la chicha, el grano y el cascarón. No llego a la excelencia, eso puede esperar. De momento me contento con ofrecer lo que tenéis frente a vuestras narices. Luego, si advertís que algo os pellizca, habré triunfado, aún sin vender nada.
Estas estampas son fotograbados intervenidos mediante cosidos. Son una serie de imágenes que se agrupan bajo el título de "El hilo de Ariadna" realizados durante los años 2017/19 entre los talleres de Artediez y mi casa. El hilo recorre cada estampa como un dibujo superpuesto que geometriza la imagen y la disecciona con el cálido bisturí del hilo. Como un arácnido que apresa los revuelos de la tinta y los enlarva en el papel, la estampa ofrece un apresamiento y una trampa.
A LA VENTA
Siguen disponibles. Consulten detalles y precios si están interesados en adquirirlos. Acepto trueques.
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Entre la suciedad de los días y el barrido
inmisericorde de las noches habita
la luz impune y el arco desmedido
que todo lo tensa para lanzarte al vacío
que nadie merece y que todos sufrimos.
***
Y das la bienvenida a las nuevas naturalezas
sin importarte ya el tributo que rendirás.
Siempre mayor con creces.
Asumes la apuesta como un tributo
de la burocracia de lo divino.
***
Ver la esperanza,
ya herida y perdida de ante mano,
No temes perder, temes ganar
porque se teme a lo desconocido,
a no ser que hayas pecado de ingrato
o hayas sufrido los fogonazos de ceguera.
***
Desconcertado gozo, aquí me tienes de nuevo,
hielo azul con mil lenguas de fuego.
***
La huella del fuego se traduce como un río de cenizas que corre en el subsuelo de alguna región cercana a mi hogar. En ese río de cenizas habitan peces dorados que se alimentan de micropartículas luminiscentes. Tal es la esperanza; tal es el desasosiego.
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1.
La demostración más veraz de la vida, aún en ruinas, es recoger una muestra de sus movimientos, de su respiración, de sus latidos, de sus tropiezos. Aquí recojo un destello oscuro, un iptus en el remolino. En un descuido la rampa te ha cogido de la mano y de la suela de los zapatos como en un cinta teletransportadora. Luego te ha hecho bailar en imposibles acrobacias en espiral que has olvidado, en otra espiral. La del tiempo. Sin embargo un poso agitado de síncope perdura como una resaca tóxica.
Recuerdas ahora en retazos de escenas inconexas, como un sueño desvalazado y aturdido aún, la danza del caracol. Abducido en el interior de una concha gigantesca que tiene más parecido a una galaxia que a otra cosa. Retomas el recuerdo de aquel rapto imposible. Al poco te suelta, te devuelve como una ola a la costa. Náufrago cubierto de algas entre las rocas de espuma.
Quieres ir en su busca y decides esconderte súbitamente. No sabes lo que ha sido, quién o qué te ha cogido de la mano y te ha soltado. Sales corriendo y te vas jadeante, vuelves la cabeza por si lo ves o te persigue y es cuando te chocas de frente con algo que también había vuelto la cabeza. Te ha hurtado y no sabes el qué. Te ha desvalijado, solo sientes vacío. Tal vez lo descubras mañana al despertar o nunca, quién sabe. Tal vez te ha dado algo en el topetazo, un velo, una máscara de aire que penetra tu piel y reconfigura tu sangre. Tal vez te la haya quitado, y te encuentras ahora y de repente, añorando al que fuiste.
2.
Piensas en vórtices y te entra vértigo, piensas en Borges y te viene el Aleph. La espiral del caracol esconde el número áureo. De hecho tiene su propio establecimiento de Compro Oro. Cotiza a 1.618.
3.
Ten cuidado a dónde disparas, no sea a un espejo. Como un cazador furtivo escondido en lo oculto, disparé contra el ciervo en el que me había reencarnado.
4.
Somos muñecos máquinas que soñamos lo que vivimos.
* cadáver carcasa esqueleto cuerpo calcinado en óxido enmohecido tejido de la ceniza abrigo del fuego consumido. * yelmo casaca ...