Quería su padre que fuera monje; Adso fue monje. Quería su padre que sirviera a dios; Adso a dios sirvió. Quiso su padre un día devolverle al hogar. Él volvió al hogar.
Quiso su padre darle trabajo en el campo; en el campo Adso trabajó. Jamás le recriminó nada, pues nada se cuestionaba. La voluntad del padre era su voluntad, y no había otra ley más alta y digna que obedecer.
Hasta que un día, arando en la ribera, escuchó a las muchachas cantar en el río.
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qué bueno
ReplyDeletefascinante.
Y eso que no sabemos la que se lió cuando bajó hipnotizado al río.
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