PALABRA DADA (nombramiento de un lugar )

Marzo 2011

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Es la primera vez que hago una composición de palabras. Y no es casual que quiera nombrar un terreno, un lugar que es el escenario de mi acontecer como artista y que aparte ya es una obra en sí. Las ovejas pastan por allí, bajo la distraída mirada de Aziz, el pastor que hace unas semanas conocí. No sé si esas tierras tienen propietario o son cañada y pertenecen al común. Pero vuelvo a la palabra y a la piedra de la mano de Antonio Molina Flores y de su maravilloso texto, pues muy a propósito encuentro en él, nuevamente, el mensaje que viene a cuento y que os quiero transmitir.

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(...), el reto era relacionar el lenguaje, el logos, la razón, lo inmaterial y delicuesciente, es decir, el pensamiento, la palabra, con lo prerrarional, lo mineral, lo inanimado, lo duro, lo impenetrable, la piedra.

Sólo los poetas se preguntan por la piedra. (pp. 77)

(...)Y cuando queremos hablar de la palabra, lo cual es ya metalenguaje, nos encontramos con el nombre. El nombre del artista, por ejemplo, es lo que nombra universalmente una realidad viva, creativa y creadora.

(...) El escritor creo o perfila su nombre. Como si la primera creación del artista fuera la de ser artista, la postulación de sí mismo como proyecto creador. Eso es lo que diferencia al artista del que no lo es. Que el artista lo sabe. Y lo sabe porque ha dedicado un esfuerzo consciente a esa creación. Antes de crear obras, crea el proyecto de crear obras, con un sentido más o menos definido, con una tradición, aunque sea la tradición de la vanguardia, en palabras de Octavio Paz. (pp. 81)