Julio 2011_________________________________________________
El papel me sugirió un día esa piel impoluta que únicamente el alma quisiera tener, ese aire libérrimo que se posa de plano en la mano de un dios dormido. De un papel puedes construir una vida entera. Una vida de papel, que arderá rápidamente. El papel en blanco es el cielo abonado de azul, el infinito surco, la infinita marea que nos cubre. De cúmulos de nubes y bandadas de pájaros, de sol, de luna, de luz.
El papel del vacío que está completo, el recuadro que terso se entrega. La tabula rasa que hoy mi corazón es, recibe el pulso de estos días absolutamente inolvidables. Qué dicha ésta del terrón de tierra que ignora la hegemonía de la piedra. Qué dicha ésta de poder asumir alegremente los azares de la vida, aunque me conduzcan lejos de mi amor.
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