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El Temple Wood pertenece a una serie de enterramientos alienados cercanos al pueblo de Kilmartin, al oeste de Escocia. Se trata de un crómlech de reducidas dimensiones cuya cronología ronda el 4.500 a.C.
Septiembre empezó con esta visita gracias al amigo Javi, el mismo que me invitó a Edimburgo y me animó a vender mis trabajos. Mi estancia por tierras escocesas termina y el amigo, como despedida, me tenía reservada una sorpresa. Pillamos un coche de alquiler y nos pusimos en camino. El objetivo del viaje era el presente santuario primitivo, un regalo pétreo inigualable, una experiencia en toda regla y sentido, aunque el viaje nos deparó otras sorpresas, otros paisajes fascinantes.
Como podéis ver, el cromlech está totalmente cubierto de piedras, algo insólito. El banquete fue tremendo, tanto físicamente (tocar y admirar tanta piedra) como mentalmente (elucubrar sobre el significado y función de esas piedras), menos mal que la noche se echó encima y los estómagos nos recordaron que teníamos otro banquete al alcance de la mano, una barbacoa de chuletón escoces y vino español. Allí mismo encendimos la barbacoa de carbón (de usar y tirar, qué invento, de esas no se encuentran en España) y cuando echamos la carne a la parrilla las piedras del círculo empezaron a temblar. Eso sí que resucita a los muertos.
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