Ficha Técnica
Título: El hilo de Ariadna [Otros: "Bordar la oscuridad" / "Canto de un pozo cegado"]
Técnica: Fotografía digital sobre papel, intervenida a mano mediante cosidos. (Hilo rojo).
Medidas: 25 x 21 cm.
Año: 2019
Precio estimado: 150 €
Autor: Carlos Medel Redondo
I
Para salir del laberinto Teseo se valió del mismo hilo que hoy me salva a mí del abismo de la oscuridad. No quiero compararme con tan noble héroe y mítico rey, sino destacar y reivindicar El hilo de Ariadna. De no ser por el hilo que su amada le proporcionó nada hubiera sido de Teseo. Hoy se me antoja equiparar al hilo con la panacea, y convertirle así en herramienta fundamental para diferentes y diversos fines.
El hilo de Ariadna es el arma y la estrategia perfecta para a-bordar la insondable realidad. Con ello quisiera amarrar al monstruo de resbaladiza piel que me habita. Montar al monstruo -más que matarlo- no es sólo una cándida ilusión para sobrevolar y recorrer la Realidad/Fantasía, tal como hiciera Atreyu con Fúyur, salvando algunas distancias.
El hilo de Ariadna es el arma y la estrategia perfecta para a-bordar la insondable realidad. Con ello quisiera amarrar al monstruo de resbaladiza piel que me habita. Montar al monstruo -más que matarlo- no es sólo una cándida ilusión para sobrevolar y recorrer la Realidad/Fantasía, tal como hiciera Atreyu con Fúyur, salvando algunas distancias.
No quiero, tampoco, que salgan más monstruos de la oscuridad (a no ser que sean tan benévolos como el citado dragón) ni quiero caer en el pozo de la desesperación. El hilo de Ariadna ejerce de nuevo su poder: crea una insólita paradoja. Cómo lo delicado -el hilo- se transforma en hierro. Por consiguiente, lo más insignificante y frágil -si es bien mirado y valorado- nos ayuda a salvar los peligros más peliagudos de este perverso mundo, -si en algún instante deja de serlo.
El hilo suele ser muy eficaz en laberintos y pozos, y según me ha contado un viejo trovador hay un sortilegio que funciona: si juntas un hilo amarillo con otro verde, los trenzas y los metes en tu monedero -donde llevas la guita- convocarás a la suerte y tus clientes dispersos se juntarán frente a ti. Leyendas hay muchas y ésta me la quiero creer. De nada.
El hilo también borda la oscuridad y la sella. Nada teme. Una vez trazado el ataque, la aguja, cual Tizona, interviene cortando el espacio. Pero lo une. El hilo se convierte en la costra hirviente de la herida que esa espada dejó. Así opera el hilo, como el dibujo, al fin y al cabo el hilo es una línea de color.
Aquí, el dibujo es sencilla intervención, suficiente para matar -o al menos mitigar- el miedo que subyace con la presencia en primer plano del pozo; al menos así lo siento yo. El hilo de Ariadna acaba con el miedo. Detrás del pozo enrejado hay dos almendros sobre unas ruinas que ocupan la parte central del horizonte. Qué mejor ayuda para salir a la superficie, levantarse, y, a través de sus ramas, llegar a los cielos.
Hay una historia que quiere contarse; o inventarse. Los elementos, de presentes y dispuestos, tienen el poder del habla. Hay una historia que quiere contarse, pero no seré yo quien lo haga.
Pero los peligros, que a menudo amenazan la tranquilidad que nos creemos merecer, son también parte de este juego al que llamamos vivir, y por lo tanto, los problemas son intrínsecos a la vida. Eso también lo sabes viejo amigo. Lo tienes presente, -me dices. Llevar un ovillo en el bolsillo puede salvarte el pellejo, eso depende de cómo utilices el hilo de Ariadna.
II
El hilo suele ser muy eficaz en laberintos y pozos, y según me ha contado un viejo trovador hay un sortilegio que funciona: si juntas un hilo amarillo con otro verde, los trenzas y los metes en tu monedero -donde llevas la guita- convocarás a la suerte y tus clientes dispersos se juntarán frente a ti. Leyendas hay muchas y ésta me la quiero creer. De nada.
El hilo también borda la oscuridad y la sella. Nada teme. Una vez trazado el ataque, la aguja, cual Tizona, interviene cortando el espacio. Pero lo une. El hilo se convierte en la costra hirviente de la herida que esa espada dejó. Así opera el hilo, como el dibujo, al fin y al cabo el hilo es una línea de color.
Aquí, el dibujo es sencilla intervención, suficiente para matar -o al menos mitigar- el miedo que subyace con la presencia en primer plano del pozo; al menos así lo siento yo. El hilo de Ariadna acaba con el miedo. Detrás del pozo enrejado hay dos almendros sobre unas ruinas que ocupan la parte central del horizonte. Qué mejor ayuda para salir a la superficie, levantarse, y, a través de sus ramas, llegar a los cielos.
III
Hay una historia que quiere contarse; o inventarse. Los elementos, de presentes y dispuestos, tienen el poder del habla. Hay una historia que quiere contarse, pero no seré yo quien lo haga.
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