Acrílico sobre piedra (agosto 2009)*****
Una vida sin creatividad no es plenamente humana, es una apariencia de vida,
una farsa que debe ser anulada para que la verdad resplandezca.
H. Núñez-Ladeveze
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Por fin, tras años respetando al máximo la pureza de la piedra dada, he conseguido dar el paso que me ha permitido pintar sobre ella. Negarme a la posiblidad de dejar el rastro del color sobre la piedra ha sido producto de la creencia de no ser nadie con autoridad sobre ello. ¿Quién soy yo para intervenir sobre tan sublime naturaleza?
Hoy en día estoy convencido de algo: puedo mejorar cosas, y en este caso, la piedra me ha sido dada para que yo, hijo del espíritu creador del hombre, decida libremente. Mis decisiones son respetadas, puesto que únicamente busco el cultivo de la belleza y la inteligencia como vía para combatir tanta vulgaridad, tanta maldad, tanta estupidez, tanto ruido y grosería. Empezando por lo mío. Hacer otras cosas sabiendo que no valdrán para nada, guiado por una extraña fuerza, alas de Hermes, casco de Asterix, vuelo de una imaginación liberada.
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En este baile celeste los astros se divierten.
No quiero al ojo que todo lo ve,
ni al centro que todo lo subyuga.
No quiero la concentración imantada del karma,
ni la obsesiva imagen de la espiral.
Hoy quiero bailar sobre una piedra.
Ser un derviche en una sala de rock.
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Vídeo: Derviches:
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Recomendación musical: Gustav Holst:
Los Planetas. Júpiter (el portador de alegría)
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