Tintas chinas, lejía y agua . Junio 2009
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Este es el intento de devolver al dolmen los espíritus que lo habitaron. Y quiero que lo entendáis: aquellos espíritus fueron los que infundaron al ser humano el respeto supremo a la naturaleza porque simbolizan a la misma naturaleza humana, capaz de todo pero sometida también a todo.
Desde el dolmen se alza la cólera de un dios protector. En su despertar se ha encontrado con la desacralización de cuanto existe. Ahora sólo le queda un agónico impulso de lucha y destrucción para volver a encontrar en la tradición valores y virtudes. Volver como el que viene del mañana y del ayer, cierto y luminoso. Volver, para encontrar en el futuro un aliento con sentido; volver, para encontrar en definitiva, el lugar que le pertenece con justicia al corazón humano: la vida sencilla.
La cólera de los dioses no nos hará temerlos. Lucharemos por la construcción de un ordenamiento que aúne tradición y modernidad , lejos del fascismo tecnocrático: ese que avanza en formaciones de "ciudadanos-masa" dándoselas de demócratas, para encubrir su intolerancia compulsiva. Pero los tiempos mandan. Perdonadme, no sé lo que hablo. Pertenezco a sus filas, ya lo sabéis. Desde luego que soy un impostor. ¡Cómo iba a vivir con mi verdad por delante!
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Quiero compartir con vosotros, estimados lectores, amantes del arte y de la vida, este descubrimiento reciente de manos del amigo Antonio. Desde aquí le expreso mis más sinceros agradecimientos.
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Sangre Cavallum es una banda con marcadas ideas tradicionalistas que se consideran descendientes de la antigua cultura de los castros existente en la Península Ibérica antes de la llegada de los romanos. Esta cultura comprendía el norte de Portugal, Galicia, parte de Asturias y parte de León. Han recuperado sus tradiciones, sus dioses y su espíritu de lucha, lucha que en vez de realizar con armas la llevan a cabo con sus instrumentos. Instrumentos que son en su mayoría tradicionales. Utilizan una larga lista de ellos, la mayoría de cuerda, también diversa suerte de gaitas e instrumentos de viento, percusiones, etc. -tocados en su mayoría por Bruno Ardo, líder de la formación- aunque también hay espacio para la guitarra, el bajo, el acordeón y el sintetizador que ayudan a dar empaque a las composiciones.
Este trabajo en concreto está dedicado a la piedra granítica, tan abundante en su región y la utilizan como símbolo de imbricación con el pasado. Con ella se construían los castros, también los dólmenes y demás construcciones megalíticas eran de granito y por supuesto las piedras rituales, los petroglifos, piedras grabadas con dibujos referentes al culto solar u otras deidades. Así que la piedra sirve de hilo conductor a todas las piezas de este trabajo.
Y otros de su misma cuerda:
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CMR, 27 y 30 diciembre 2009
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