Tuesday, 30 October 2018

LAS COSECHAS (Campo de visión y acción)






I

"Las cosechas" es el título  de una estampa que el pasado mes de abril realicé en El Mono de la Tinta. Esta estampa recoge una selección de fotopolímeros de mi proyecto final de Grabado y Estampación en Arte 10. No me canso de recordarlo ni de trabajar sobre este proyecto. Su desarrollo me es necesario sin saber su porqué, quizás porque no ha tenido aún ninguna repercusión en ningún ámbito, o que quizás dos series (Cuaderno en llamas y Campo de visión) son pocas para lo que pueden dar estas singulares tierras, abonadas de abandono, pensaba. Sólo hay que seguir sembrando. Insistir.

Recorrí mil veces sus senderos, mil veces me desvié de ellos, adentrándome en las carnes de la tierra. Siempre estuve atento a sus desangelados suelos y a sus formidables cielos. Hoy como ayer, aplazo el momento de volver a recorrer ese territorio (frontera social y vertedero industrial) en el que la huella de su pasado agrario aún es perceptible. Abandono y destrucción abundan por sus lomos, y eso seguro que no ha cambiado. Entonces, ¿para qué volver?-me pregunto. Para recuperar la memoria, me digo. Con la memoria llegará la conciencia y con la conciencia la ocupación de la tierra, -me sueño.

Ya cumplí mi misión: poblar este territorio de obras, reclamar ese espacio como una huerta artística que puede dar  singulares frutos, en mi caso. Pongo orden en los vertederos y así minimizo el impacto visual y medioambiental de  macabro agravio que la sociedad comete allí donde se deshacen de lo que ya no quieren. Pero también es una denuncia, una llamada de atención que avisa de la negligente práctica que hiere la tierra. Hoy, muchos meses después, vuelvo y revuelvo: insisto sobre este territorio porque es la cuna del monstruo al que doblegar. 

Yo utilicé las ciencias y las letras  con el afán de despertar a las fuerzas telúricas, y que éstas, reencarnadas en los símbolos que iba construyendo, fueran capaces de enseñarar al mundo y a la sociedad una lección de la inteligencia humana bajo la fórmula curativa del arte. Es decir, mi arte actúa sobre lo malherido y abandonado, -ese es su abono-, sobre esos despojos que hieren la tierra y transforman el paisaje; mi arte actúa sobre esa delincuencia negligente de tirar basura e ir acumulando despojos al antojo de cada cual. Y actúo gracias a que existen, como un médico o un cirujano  existen porque existen las enfermedades. El artista es un curandero social. Y a la vez -y simplemente- un agente que actúa en su entorno.

Crear para curar.  Poner todo el cuidado y amor sobre las heridas con estos apósitos de papel estampados que recuerdan mi quehacer por aquellos campos desahuciados. No puedo evitar, como dije, volver a los signos y a la tinta con esa extraña combinación de gozo y perplejidad que produce el estar haciendo no sólo lo que realmente me interesa, sino también creyendo que cumplo con un bien e interés cultural y social.

II

Por eso que me decidí a ir al taller El  Mono de la Tinta a estampar parte de dichas matrices de fotopolímeros en un mismo papel. He obtenido una estampa fabulosa, bueno, dos. Aquí os las muestro. También he obtenido calor y saber en este maravilloso taller de grabado, situado en la Cava Alta del madrileño barrio de La Latina. Un placer mayúsculo. Conocimiento, saber estar y trabajar. Además, simpatía y buena sintonía. De fábula.

Ahora queda profundizar sobre las imágenes del grabado. Sus órdenes de lectura son múltiples; es lo primero que nos llama la atención. Doble pareja de ladrillos y algodones. Cada par con su color. No es un poker amigo, pero ésta mano es mía. Chistes malos para alargar o eludir ese enfrentamiento a los signos que propongo. Para ello analizaré cada uno por separado, eso sí, en otro momento.

III

Encuentro ahora, día treinta de octubre, el momento de abordar los símbolos representados en Las cosechas. Empecemos.

El primer símbolo es una cifra: el 0, un cero tumbado sobre el que hace un tiempo hablé y soñé aquí, un símbolo que emparejé a la nada, pero a una nada que empieza siempre a dejar de serlo. El origen de todo, digamos.

A continuación, y siguiendo el orden de lectura occidental, una especie de serpiente de ladrillos representa una letra: la S, también tumbada, que quiere transmitir el movimiento constante, la fugacidad de la vida, lo efímero de todo. Y no es casual su naturaleza curva. Nada permanece en la misma dirección; la vida gira para abrirse camino entre la maleza de la vida. De hecho, la S es la serpiente, símbolo de las fuerzas telúricas, de submundos y de dioses y demonios emparejados a  la tierra y a la muerte. Pero también la serpiente fue, en el mundo arcaico, símbolo de la iluminación, de la sabiduría, del conocimiento. Diversas culturas de la antigüedad como los griegos (Medusa y las gorgonas), egipcios (Apofis, el mal, el caos, eran animales sagrados) o los aztecas daban muestra de ello. En el hinduismo, la serpiente es el Kundalini, la energía que duerme enroscada en el primero de los siete chakras, y que en su despertar proporciona al yogui el control de la vida y de la muerte. (Esa energía enroscada es también una espiral).

El tercer símbolo es la espiral. También he hablado extensamente de la espiral aquí, un símbolo de una riqueza inabarcable. Representa la vida, el motor de todo, la idea, el embrión que se ha gestado en el espacio de la nada. Hay quien ha visto una arroba (...) en la espiral. Yo, no veo nada más que un vértigo infinito que se expande y se contrae.

Y por último, el símbolo del infinito (...), la lemniscata, la curva que se riza, el bucle que se abraza. Una ecuación que se halla resuelta en sí misma, la tendencia de la vida que nunca tiende a la muerte, la correa de la historia que veloz sucede. El moviento constante de la S acelera en su scalextric, es su prolangación natural que cierra un circuito cerrado de doble círculo. En su punto de cruce suceden cosas que desconozco. Me siento, de repente, como Sherlork Holmes con muchas pistas y el caso sin resolver. Bajo mis lentes, miro las virutas del humo buscando en sus conexiones más indicios del infinito. Imposible, dejo en tablas la partida. No todo es cuestión de ganar, sino de desvelar los misterios que rodean a un símbolo primordial, plagado de significados.  

Anexo:

Me pareció interesante que los signos numéricos fueran construidos con otro material -el algodón-, opuesto en su constitución física y visual a los ladrillos primeros. Lo duro del ladrillo contrastando con lo blando del algodón y dialogando entre sí. Dialéctica de signos y de materiales. Digamos que aquí, esta unión de ciencias y letras aspiran a sacudir la desidia y el abandono que sufren tierras que a todos nos pertenecen. Pero vosotros veréis. Yo, de momento voy haciendo mis siembras y recogiendo, cuando hay suerte y los elementos acompañan, las cosechas. Que las fuerzas  telúricas nos acompañen.

Tuesday, 23 October 2018

TORRE DE BPABPEL (en fascículos de vértigo y vacío)


                                                   
                             
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Torre de Bpabpel es el nombre peregrino que he puesto a un pilar efímero de revistas acartonadas. He construido esta torre de papel en el extremo de una pequeña estercolera que mira al mismo sembrado donde se ubica La Capilla Sixtina. El material empleado son revistas, mayoritariamente de coches, encontradas in situm. Las salvedades son National Geografic y Dojo, con el namberguan en la portada. Bruce Lee es un icono y un maestro y no tiene ningún problema en apoderarse de la pequeña planicie que habito. Bruce Lee, pienso, ha venido a verme. O más bien, se ha convertido en el invitado de hoy.

Los nombres inventados, a su vez, me invitan a fabular una historia, siempre breve y pasajera, y además hoy tenemos un protagonista. Con ello liquido, entre luchaco y luchaco, mi tiempo de entrenamiento. Una daga morisca se dibuja en mi rostro mientras empiezo a ascender a los dominios de Morfeo.

I

Torre de Bpabpel es la torre donde vive Bruce. Desde Torre de Bpabpel Bruce reparte. Reparte a todo el barrio una nueva sabiduría. Cuando baja a las calles sonríe a los niños, escucha a los ancianos y acaricia a los perros, como el repartidor de los antiguos anuncios de Panrico. Y sigue su reparto. Reparte hostias como panes calientes, hechos con una levadura de ideas vaciadas. No practica el zen: practica el zas! Una hostia a tiempo aclara una vida, pero a destiempo la enturbia y siembra hachas de guerra. Pero hay hostias y hostias. Las de Bruce equivalen a las de Bud Spencer, en versión rústica y a los Siete Mandamientos y todos los coranes juntos, en versión divina.

El camino del puño interceptor no es cualquier camino. Dice sí a la no norma y al no estilo, para dejar abierto el camino al arte como una hostia dada por cualquier mortal. Zarandajas. Decir no a la violencia es dejar abierta la puerta a la injusticia. El cristianismo ensayó la fórmula mucho antes, y aún hoy en día sus fieles reciben en la boca una hostia como el símbolo del cuerpo de Cristo. Más zarandajas. Esta refinada fórmula cristiana arrebató la violencia del pueblo y consiguió que se doblegaran y asimilaran como sacros a los nuevos amos del orbe.

II

Verborrea a espuertas, paparruchadas, labia salpicada de vino y leyendas orientales cuyo destino último era y es nuestro sometimiento. Galimatias turbadores que pretenden adiestrarte. Embobados escuchamos, embobados nos quedamos. La baba nos llega a los pies y nadamos en ella hasta que en ella nos ahogamos. Hasta que una hostia viene y te salva de tanta baba y tanta tontería.

Toda religión esparce opio sobre nuestros hocicos y anula nuestra capacidad de reacción. La paz espiritual consiente la guerra entre hermanos y admite que es una simple tapadera. Admite el sálvese quien pueda en su propio beneficio, y quien pueda que tire pa'lante, con la palabra de dios entre los labios.

III

El espacio de los guerreros ha quedado reducido a las pantallas. El mismo Bruce fue fruto de ella, como Jesús de Nazaret del desierto. La diferencia estriba en su época y entorno. Bruce y las calles del siglo veinte. Jesús y el desierto sin  tiempo. Bruce es fruto del realismo,  pero sin la poética de William Carlos Williams. Jesús es fruto del delirio, del poder cegador del sol, de un mensaje celeste que solo entienden los astros y las almas puras de los tarados.

Todo creyente debería comulgarse ante la luna. Su pecado es tan sabio como su virtud: obedece a la naturaleza. Digamos que son primos hermanos. Todo lo que no es humano es sobrehumano. La naturaleza constituye otro todo que no entiende ni de virtudes ni de pecados. La naturaleza está por encima de lo humano y de su sobre. Obviedades semejantes son las que buscamos. El pecado es el fruto de la virtud, hijo y padre, tierra y simiente. Por eso Jesús dio su vida por los pecadores.



VI

La religión y los nudillos de acero, atemperados por el nervio de todas las raíces. El lavado de cerebro es una forma de violencia, una represión que desencadena en violencia. Y toma el nervio de todas las raíces y provoca matanzas. Suerte tenemos de no contar, entre nuestras numerosas tradiciones, de rituales de sacrificios como los que sí contaban otras culturas. Asirios y aztecas, por ejemplo.

Habría que mirar esas regiones actualmente y analizarlas. El caso de la cultura asiria, una formación política imperial, puede ser esclarecedor. El oriente próximo es desde hace décadas el hervidero de múltiples conflictos armados. La religión los ha vuelto locos. Junto al fervor religioso, sumamente violento, sale el sustrato de destrucción de sus antecesores remotos. Ruedan cabezas en sus platos del mediodía bajo  plegarias por megafonía. Mientras, al otro lado del globo, los narcocorridos animan las calles hasta el amanecer. La noche ha dejado un reguero de cuerpos sin vida a lo largo de todo México.

V

El capitalismo salvaje del siglo XX ha evolucionado hacia el capitalismo gore del siglo XXI. Es patente en países como México donde el pueblo ha recurrido no sólo a la matanza sino al descuartizamiento y exposición de cadáveres como manera de salir a flote dentro de la sociedad. Una sociedad que intenta sobrevivir bajo un sinfín de amenazas reacciona del modo más violento posible. El utraliberalismo es la cuerda floja en la que baila el personal mientras la bola, en el centro de la pista, gira y gira emitiendo mil destellos que cuando no nos deslumbra nos ciega. Discoteca de sangre, sudor, dinero y drogas. Tráfico fluido en todas las direcciones.

 VI

Hace tiempo que no escribo, ni que visito el sembrado ni que reviso mi obra. Los días no sólo borran la luz de la creación, la ambición del ayer queda reducida a una sombra entreverada de paz y desasosiego. Es fácil sobrevivir así, me digo. La sombra entreverada me ofrece su regazo de calma para recordarme cómo la vida tiene la costumbre de girar repentinamente. Y pienso y repienso cuántas veces dobla la suerte su signo, cuántas veces arma el tiempo su filo. Aquí, sentado a la sombra entreverada del almendro quemado, encima de una bañera volteada, escucho a las moscas entonar el Réquiem de Mozart con pasmosa precisión, mientras los aviones de Cuatro Vientos ensayan el Vuelo del moscardón de Rimsky Korsakov.

VII

La realidad es el segundo  burlón e implacable que te echa un cubo de agua a la cara. Agua helada: realidad ineludible de vértigo y vacío. Como si estuviera envuelto en una placenta y al mirar el cielo viera un bisturí que abriera la cúpula del firmamento. La doble uve (Vértigo y Vacío) que resume el universo y la vida del hombre.

Pero Torre de Bpabpel me sugiere esa lasaña de record que se levanta sobre la planicie, como si capa sobre capa, historia sobre historia tuviera la misión de desafíar lo llano, lo uniforme que representa la llanura y que se impone a nuestras vidas.

También Torre de Bpabpel es un símbolo sin cimientos de los edificios que aparecen al fondo, como queriendo contener en sí misma a la sociedad actual, en su mayoría inmersas en la doble uve, en el vértigo y en el vacío de contemplar la demolición de una torre inútil, hecha de mentiras y de revistas de coches.


TERCERA ASAMBLEA DE PIEDRAS (orígen de futuro montículo)





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Ayer (asistís a un viejo borrador) día 26 de abril empecé un nuevo montículo de piedras en la periferia de Leganés. Se puede decir que construí la base con la intención de reclamar el campo y apoderarme de él. Esa construcción me hará dueño y señor simbólico de las tierras que lo circundan, como un temerario Puigdemont (sin banderas por supuestos) que desafía toda autoridad y levanta ampollas por doquier, -sobre todo en las mentes inmovilistas que hacen que esta sociedad esté gobernada por legisladores anacrónicos. No me tomen muy en serio, ni muy en broma, pues yo también peco de numerosos inmovilismos, por los que creo no tengo porqué acomplejarme ni creerme un entero gilipollas.

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Las piedras son la tinta de la prehistoria y el papel donde los tiempos remotos escribieron inefables episodios de ambición y gloria. Cada piedra es un disco duro donde se depositan terasbytes de información geológica. Las piedras conforman la firma de una comunidad que decide asentarse en un territorio y no dar más por culo yendo de aquí para allá. Hasta los más vándalos se cansan de saquear y con los años se hacen cómodos, se aburguesan una vez asegurado el cuscurro. En mi caso, reclamo una tierra herida para trabajarla y poder vivir de ella sin ir al supermercado.

Con esta actuación estoy escriturando la tierra, reclamando mi derecho a la vida digna tal y como la entendían mis antepasados. Las piedras son las escrituras que utilizaban nuestros ancestros, los contratos entre iguales. Las piedras eran el comodín que acoplaban los neolíticos para cualquier jugada, asunto o cosa, sólo que ellos también dotaban a las piedras de un carácter funerario que de momento rechazo.

Muy al contrario quiero darle un sentido puramente vital, casi de nacimiento, y reclamar el mundo rural sin el cual no habrá futuro digno posible. Lo que ayer inicié se quedará un tiempo así, completado de otro semejante. Estableceré ese juego de pezones con la Pachamama ibérica, y así pasará un tiempo de lactancia hasta que la nueva criatura rehaga su vida. De momento, lo dicho, establezco el juego y me asiento en este campo base (bastión a cielo abierto) para coger fuerzas de cara a un futuro cada vez más incierto.

Monday, 22 October 2018

CAMINO DEL MAÑANA (diario escrito en el sendero de ayer)



Tenía por entonces otro móvil que disponía de un diferente menú en su tratamiento de imágenes. Me gustaba más que el de ahora, pero la calidad de la imagen era peor. Tenía por entonces otra angustia en los adentros; un nido de víboras alimentaba la incertidumbre de mis días y en mi interior todavía no habitaba el encantador de serpientes que hoy me ocupa y asesora.

Tenía por entonces la manía de huir de todo, de tomar los senderos más estrechos, de aproximarme a los vacíos de nácar, de mirar a la  tierra como a un íntimo espejo, de tumbarme en la tierra calma y dialogar en silencio con el terreno. Tenía un no tener que ver con las cosas de este mundo. Tenía lo que tengo por volver a lo mismo; y me temo que el no querer perder nada del ayer sigue siendo la mejor manera de perderlo todo hoy. 

Friday, 19 October 2018

TIERRA DE UN REINO UTÓPICO (tierra de todos)



Grabado Calcográfico, 2018
Técnica: Fotopolímero y cosidos.
Edición: Ejemplar único

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Qué mierda no poder enseñaros esta estampa en directo. Lo que fue parte del material de investigación para el proyecto final de grabado en la escuela Arte 10, me está sirviendo para realizar unos monotipos intervenidos mediante cosidos. Me gustan, y mucho. Eso es lo importante: que me gusten a mí, que me emocionen, que me llenen de alegría, que hablen del arte, de ese espacio único donde converge la seriedad y el juego, la tensión y la calma, el amor y el gozo, el discurso y el misterio.  

La estampa recoge, primeramente, la formación de la T. La T de la Tierra. Los ladrillos formando un foso donde descansan carbones; los carbones que simbolizan la energía en potencia (primero fuego, después ceniza) que somos. La T en medio de una tierra arrasada por el fuego, aún humeante. El humo es una ilusión formada a la hora de estampar, donde la tarlatana esparce la tinta emulando la densa humarrera. Mi mano es toda fuego, toda llama donde desemboca la pasión que corre por las venas.

Por último, viene el hilo a trazar nuevas formas para recobrar la vida en la tierra saqueada. Lanza líneas de precisión como inmaculadas flechas a una diana. Y dibuja sobre el grabado y sobre el fuego que aún humea, la frontera presente de la cual pendemos, tan limpia y fina. Establecer un plan para dominar un territorio es una esperanza íntima que el arte únicamente ayuda a su realización.

ANGEL OF THE PIXELS (en la tempestad de las redes)



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Hasta los ángeles tienen ya su rostro pixelado, su corazón, su leyenda, su alma pixelada. Y, aunque hayan caído en las redes del mal supremo y el mal supremo esté a su servicio, nada les salvará de ser  anónimus. La historia desaparecerá progresivamente porque los nombres serán  progresivamente sustituidos por píxeles y numeraciones. Está escrito. 

Ya no hará falta Lucifer para alumbrar la caída del hombre en los abismos. La tenemos enfrente, luminosa y resplandeciente, a diario y en nuestro bolsillo. Y llegará el día en el que todos los detalles que la cotidianidad nos regala no serán más que supersticiones de coleccionistas frustrados, empeñados en encontrar la belleza donde hoy solamente hay virtualidad empantallada. La realidad ha dado un giro empicado de trescientos sesenta grados en espiral continua. Y yo, pobre mortal que ya conoce los siete anillos del infierno, no puedo hacer otra cosa que corroborar la infinita hondura del octavo anillo que el mal ha trazado para nuestros días.

El mundo se ha ido desvaneciendo entre mis manos como la arena del desierto. Entre mis dedos, éstos que teclean entre el vértigo y el vacío, no hay más que una fina gasa tejida con cariño que protege mi rostro anónimo de la arena del desierto y de la tempestad de las redes.

Wednesday, 17 October 2018

EQUIS DE VENENO Y GLORIA (la cinta magnética)


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Hoy por mis campos se extienden cientos de metros de cinta magnética. No sé qué carajo es exactamente pero esas mierdas suelen llevar metales pesados que al llover se disolverán en la tierra. Quién provoca esto ocasiona un daño atroz al medio ambiente, un atentado del que no le exime desconocerlo. Nadie tiene por qué tirar nada en mis tierras. Sin embargo, estas envenenadas cintas dan la imagen de hoy como una metáfora que aborda varios frentes.

El cruce de la cinta dibuja una equis como una incógnita sobre la tierra. La cinta magnética es ahora un recurso para preguntarse una vez más por la naturaleza del deteriorado entorno en el que trabajo, ese organismo relacional que reconocemos todos en cualquier periferia de cualquier urbe.

Por otro lado, la equis me indica un cruce, un punto de unión donde dos cintas coinciden. Dos cintas magnéticas, cada una con una historia. Es como esa incógnita del trabajo que realizamos, por un lado mi aliado con la creación del videoensayo, y por otra yo, con los ladrillos liado. Bendita la Nave 16 de Matadero que vio el fruto de nuestro trabajo, y benditos todos los que por allí pasasteis y pudisteis sentir el rasguño de una cinta magnética en vuestra retina y un pellizco en vuestro corazón.


FURGÓN DEL FUEGO EXTINTO

    *   cadáver carcasa esqueleto cuerpo calcinado en óxido enmohecido tejido de la ceniza abrigo del fuego consumido.   *   yelmo casaca ...