Primero hablaré de la pieza que os presento como un fallido intento de dar a la piedra propiedades humanas, acompañándola de elementos propios de los humanos. En este caso me pareció un hallazgo utilizar tiritas, pues significa que la piedra está herida. Que lo haya hecho en la boca incluye un significado que puede resumirse con la archi conocida expresión de "por la boca muere el pez", o "en boca cerrada no entran moscas". Callar aveces nos salva pero cuánto trabajo cuesta morderse la lengua.
En segundo lugar quisiera poner en relación un concepto que hasta hace bien poco me había creado confusión. Me refiero al concepto de contingencia. Siempre había creído que era sinónimo de contención, pero me equivocaba. Según la RAE:
(Del lat. contingentĭa).
1. f. Posibilidad de que algo suceda o no suceda.
2. f. Cosa que puede suceder o no suceder.
3. f. riesgo.
La tercera acepción brinda un enlace esclarecedor:
(Del it. risico o rischio, y este del ár. clás. rizq, lo que depara la providencia).
1. m. Contingencia o proximidad de un daño.
2. m. Cada una de las contingencias que pueden ser objeto de un contrato de seguro.
Proximidad de un daño. He aquí, por fin, la definición que me ha permitido entender el significado total de la siguiente cita del filósofo Andrés Ortiz-Osés:
"Al final de la vida se revela lo que la vida es desde el principio: contingencia"
Y visto lo visto y leído lo leído, celebro azarosamente que la tirita tenga sentido pleno, pues significa que has estado tan próximo a un daño que al final has sangrado; prueba final de lo que siempre has dudado, de que has vivido.
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